Ambas han llegado a un acuerdo para desarrollar una caldera que funcionará con mezcla de metano e hidrógeno. El objetivo es simular y resolver todas las situaciones que se encuentren a lo largo del proceso de investigación del proyecto, para alcanzar las menores emisiones contaminantes posibles en todo el rango de trabajo del producto final.
La compañía Ferroli acaba de firmar un acuerdo de colaboración con la Universidad Tecnológica de Eindhoven (TU/e), ubicada en los Países Bajos, para el desarrollo de una caldera que funcione con mezcla de metano e hidrógeno.
Ferroli es especialista en calderas de condensación, mientras que la TU/e es experta en simulación de combustión. “Para hacer este proyecto una realidad, se necesitan abordar problemas técnicos críticos y tratar asuntos relacionados con la seguridad, tareas que requieren fuertes competencias por parte de todos los actores involucrados en el sector energético, especialmente cuando el resultado final es un producto para el usuario final como es el caso de las calderas de condensación de gas“, han subrayado los protagonistas del acuerdo.
En concreto, el desarrollo de una caldera de gas verde implica realizar análisis teóricos, experimentos y simulaciones por ordenador para poder diseñar un producto capaz de funcionar con mezcla de metano e hidrógeno. El objetivo, tal y como matiza Ferroli, “es simular y resolver todas las situaciones que se encuentren a lo largo del proceso de investigación del proyecto para conseguir las menores emisiones contaminantes posibles en todo el rango de trabajo del producto final”.
La era del gas verde, en marcha
“El sistema energético del futuro necesita ser alimentado por fuentes que sean seguras, limpias y que permitan dar pasos considerables hacia la descarbonización. Experimentar con gas verde, como la mezcla de metano e hidrógeno, es un punto esencial en el camino para alcanzar este objetivo”. Así de claro lo tiene Ferrori como antesala a la futura caldera que quieres desarrollar.
Imagen de la fechada de la Universidad Tecnológica de Eindhoven (TU/e)
De hecho, añade que “las cantidades de dióxido de carbono producidas por el usuario final pueden eliminarse o reducirse significativamente con la combustión de hidrógeno, así como con la utilización de las ya conocidas energías renovables (energía eólica, solar o de biomasa)”.
Además, apuntan a que las modificaciones necesarias para el transporte de la mezcla metano-hidrógeno son “mínimas”: “La actual red de distribución de gas tiene un potencial interesante en términos de almacenamiento de energía y facilidades de transporte, debido a su volumen de almacenamiento y su amplia cobertura de red de transporte actual”.
“La ‘economía del hidrógeno’ nos presenta una oportunidad real de cambio, respaldada por la investigación científica y las inversiones en el sector privado, y facilitada por incentivos institucionales a nivel local y europeo“, sentencia el fabricante de soluciones de calefacción y climatización.
