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Desarrollan un muro radiante con elevada capacidad de almacenamiento térmico

Se trata de una solución innovadora para fachadas de edificios residenciales que permite aprovechar al máximo los recursos energéticos locales. Entre los investagodores que han participado en su diseño y construcción está Lorenzo Olivieri, de la Universidad Politécnica de Madrid.

“El consumo de energía final de los edificios crece cada vez más, así como las emisiones de gases de efecto invernadero relacionadas. Esto plantea la urgencia de buscar soluciones para construir y rehabilitar edificios haciéndolos mucho más eficientes que los existentes”. Esta convicción ha llevado a un grupo de investigadores a desarrollar un nuevo elemento radiante prefabricado para fachadas, con elevada capacidad de almacenamiento térmico. Entre ellos, se encuentra Lorenzo Olivieri, un investigador de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM).

En el estudio titulado “Benchmarking of useful phase change materials for a building application” se argumenta que esta solución para fachadas de edificios residenciales permite un gran almacenamiento del calor, mediante la incorporación de materiales de cambio de fase: “La ventaja de estos materiales es que permiten aprovechar el calor latente intercambiado durante los cambios de estado, lo que permite almacenar una mayor cantidad de calor en un mismo volumen con respecto a otros sistemas basados únicamente en calor sensible”.

Construcción y Sostenibilidad

Tal y como afirma Olivieri, “el diseño y la construcción de esta solución para espacios residenciales está basada en la integración de materiales de cambio de fase en paredes prefabricadas de hormigón, poniendo a disposición de la industria de la construcción una herramienta más para que se construyan edificios más alineados con los retos energéticos a los que se enfrenta nuestra sociedad”.

Una tendencia hacia la Sostenibilidad que, tal y como deja ver este estudio, “en el sector de la edificación está muy alejada del Escenario de Desarrollo Sostenible definido por la Agencia Internacional de la Energía, que indica el rumbo global que habría que seguir para cumplir simultáneamente con los principales objetivos de Desarrollo Sostenible relacionados con la energía“.

Si bien, también señalan que “las políticas energéticas implementadas en muchas regiones en la última década están consiguiendo reducir la intensidad energética por metro cuadrado construido. Pero esta mejora no está siendo lo suficientemente rápida como para compensar el crecimiento del parque construido, que a nivel global se ha duplicado en apenas 30 años”.

En esta evolución sectorial, Olivieri aclara que “el objetivo es conseguir edificios de energía cero que, combinando un diseño ultra-eficiente de la envolvente con la integración de energías renovables, generen localmente la misma cantidad de energía que demandan a lo largo de un año”.

Uso de la energía final

La gran mayoría de la energía final empleada en los edificios residenciales europeos se destina a la calefacción (65 %) y a la generación de agua caliente sanitaria (15 %). El resto de usos como la ilumimación, los electrodoméstidos o el aire aconducionado, entre otros, son mucho menos intensivos.

Esto significa que el 80 % de la energía final en las viviendas se emplea para generar calor. En el caso español, con una climatología favorable con respecto a la media europea, este porcentaje alcanzaría más del 60 %: “Estos datos demuestran que para lograr edificios energéticamente neutros es fundamental utilizar soluciones capaces de proporcionar confort térmico con poca energía externa, permitiendo el máximo aprovechamiento de los recursos energéticos locales”, afirman desde la UPM.

La clave, añaden desde la Facultad, “está en utilizar estrategias que consientan un cierto desfase temporal entre las horas en las que se dispone del recurso solar, que por su propia naturaleza es intermitente, y las horas en las que el edificio necesita calor para que haya unas condiciones térmicas agradables, o se quiera disponer de agua caliente”.

El origen: proyecto “Inphase”

“Inphase” es el nombre con el que se ha bautizado a este proyecto, integrante del Programa Estatal de Investigación, Desarrollo e Innovación Orientada a los Retos de la Sociedad.

En una primera etapa del proyecto se caracterizaron más de 10 PCM comerciales para definir el más adecuado para la utilización en la pared prefabricada. Se analizaron numerosas características como la entalpía de cambio de fase, la conductividad térmica, el calor especifico, las variaciones de volumen y, sobre todo, la estabilidad de todas estas características a largo plazo, para garantizar una vida útil del elemento igual o superior a la del edificio.

Posteriormente se diseñó un mortero con el PCM para esa aplicación. Para ello, se ensayaron las propiedades térmicas de diferentes morteros de cemento adicionados con PCM, variando el tipo y la cantidad de elementos en la mezcla. Los resultados mostraron que las mejores propiedades térmicas se obtienen utilizando agregados de sílice y aditivos antiespumantes, y permitieron definir la formulación óptima del mortero para el elemento prefabricado.

“Iphase” ha contado, para su desarrollo, con un equipo de investigadores del Instituto de Ciencias de la Construcción Eduardo Torroja, la Universitat de Lleida, el Instituto Español del Cemento y sus Aplicaciones y la empresa INDAGSA y la colaboración de distintas Universidades como Jaume I, Barcelona y Politécnica de Madrid.

Puedes leer el estudio completo “Benchmarking of useful phase change materials for a building application”, en su versión en inglés, en este enlace.

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