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El sector pide “prudencia”, tras la explosión de gas en un edificio de Madrid

Por Tania Alvarez
“Todo apunta a que la causa de lo ocurrido ha sido una fuga de gas. No obstante, aún tenemos que esperar a que los bomberos accedan a la planta en la que se produjo y se realice la inspección técnica”, confirman a este medio fuentes de la Policía Nacional después de lo sucedido este miércoles en el número 98 de la calle Toledo.

Este miércoles, 20 de enero, se desplazaban a la calle Toledo de la ciudad de Madrid, sobre las 15:00 horas, dieciséis dotaciones de bomberos y dieciocho del SAMUR. Una explosión destruía parcialmente uno de los edificios que forman parte de la Parroquia de La Virgen de La Paloma, provocando la muerte de cuatro personas.

“De repente escuchamos un tremendo ruido y no sabíamos si había sido un terremoto o un atentado“, han comentado algunos de las personas que viven cerca del complejo parroquial y que decidieron salir a la calle como consecuencia de lo ocurrido.

Al lado de la construcción afectada, de la que varias plantas han resultado totalmente calcinadas, también se han visto dañados el patio exterior de un colegio (La Salle La Paloma) y una residencia de ancianos (Los Nogales). 

hotel

Uno de los hoteles, adyacente a la Parroquia, que dio cobijo a los ancianos que fueron evacuados de la Residencia tras la explosión.

En ambos casos, sus ocupantes fueron rápidamente desalojados: los niños, como consecuencia de que el patio aún tenía restos de la borrasca Filomena, por lo que, en el momento de la explosión, no estaban fuera; y la propia residencia de ancianos ha confirmado que no hay ningún herido y que todos ellos están ya reubicados en otros centros pertenecientes al mismo grupo empresarial.

¿Una fuga de gas?

Una fuga de gas es, actualmente, la hipótesis más probable que explicaría lo acontecido: “Todo apunta a que la causa de lo ocurrido ha sido un escape de gas. No obstante, aún tenemos que esperar a que los bomberos accedan a la planta en la que se produjo y se realice la inspección técnica“, confirman a este medio fuentes de la Policía Nacional.

“Tras la explosión y que se originara el fuego, nuestros equipos llegaron rápidamente al lugar de los hechos. Aunque las llamas estaban controladas, no lo extinguimos en ese momento por cuestiones técnicas, ya que, si hubo una fuga de gas, éste se podía extender”, nos aclaran fuentes del servicio de Emergencias de Madrid.

“En estos momentos – tal y como nos siguen explicando -, bomberos y técnicos municipales están planificando los próximos trabajos, entre los que podría estar la demolición del edificio. Lo esencial, antes de que los profesionales accedan a él, es asegurar la seguridad de la construcción”.

humo

Fuente: Bomberos de Madrid

Además, “para garantizar la seguridad tanto de nuestros compañeros como del resto de operarios que trabajan en el lugar de la explosión, hemos montado una red de detectores de gases para controlar en remoto si la fuga sigue activa o si se puede llegar a reproducir”, añaden.

Cuando puedan acceder al edificio, se podrán obtener pruebas que ayuden a los investigadores a concluir los verdaderos motivos de la explosión, ya que la causa está judicializada desde la tarde de ayer.

Un electricista, entre los fallecidos

El Arzobispado de Madrid ha asegurado que una de las cuatro víctimas mortales, confirmadas hasta el momento, sería “un electricista y feligrés de la parroquia que había ido a echar una mano con la caldera”.

Sin embargo, se desconoce si este estaba manipulando el equipo, realizando un mantenimiento o cualquier otra operación que pudiera haber desatado el triste desenlace. Tampoco se sabe si, además de electricista, estaba, a su vez, habilitado como instalador de gas.

En paralelo, y dada la especulación de algunos medios con respecto a la implicación de la distribuidora de gas Nedgia en todo lo ocurrido tras poder ver uno de sus camiones acceder al lugar de los hechos, desde el área de Climatización y Confort de ‘C de Comunicación’ hemos podido confirmar, con fuentes próximas a lo sucedido, que “ninguno de sus operarios estaba realizando el mantenimiento en ese edificio”.

De hecho, y así nos lo aseguran, “la distribuidora perteneciente al grupo Naturgy habría ido a la calle Toledo, tras ser llamada por los Bomberos de Madrid con el fin de cortar el gas y asegurar las instalaciones. Es parte del protocolo”.

Las instalaciones de gas “son seguras”

Ante los sucedido, desde ‘C de Comunicación’ hemos querido conocer la opinión de algunas asociaciones del sector. Todas ellas piden “prudencia”: “De momento, no conocemos la causa de lo que ha pasado. Tendrán que ser la Policía y los técnicos los que determinen qué ha ocurrido”, nos dicen desde CONAIF.

Algo que también comparte Agremia: “Hasta que no existe un informe oficial, es preciso mantener la máxima cautela ante las distintas informaciones sobre el origen del incidente”.

Por su parte, Blanca Gómez, directora de CNI, también califica la situación de “delicada, ya que no sabemos al 100 % la causa. Lo que está claro es que para que haya una deflagración es necesario que se produzca una concentración exacta de CO2 y gas, y eso nos lleva a pensar que no había una ventilación adecuada”.

“Quizás las tuberías – reflexiona – también pudieran estar afectadas por la nevada y las bajas temperaturas que se han producido en Madrid durante los últimos días”. Eso sí, asegura, “los edificios son seguros. Para ello tenemos normativas como el CTE, el RITE o la puesta a punto de instalaciones”.

La directora general de Agremia, Inma Peiró, también insiste en ello: “Las calderas no explotan, sino que es una acumulación de gas lo que produce una fuga. Las instalaciones de gas son absolutamente seguras”.

Mantenimiento e instaladores habilitados

“Es importante que algunas informaciones incorrectas no den pie a que la gente ahora tenga miedo. Lo esencial es que se cuente siempre con instaladores habilitados, en este caso, por la Dirección General de Industria de Madrid, y que se hagan las revisiones de mantenimiento periódicas”, advierte Peiró.

“Cuando la instalación es de gas natural, como es el caso del edificio destruido, – explica Agremia – o de propano canalizado, la empresa distribuidora comunicará a la propiedad por escrito la obligación de realizar esta inspección y las fechas aproximadas en que debe hacerlo”.

Desde CONAIF también apuntan que “el mantenimiento de las instalaciones de gas lo haga personal autorizado o habilitado y que, por su parte, los usuarios realicen los mantenimientos obligatorios, tanto de gas como de las instalaciones de calefacción”.

Cabe mencionar que en España existen más de 13 millones de usuarios de instalaciones domésticas de gas, 2,2 millones solo en la Comunidad de Madrid.

“Hasta el momento la concienciación del usuario y las revisiones periódicas que fija la normativa han hecho que de las más de 500.000 inspecciones que se realizan anualmente en aparatos e instalaciones en la región, el 95% hayan resultado favorables”, subrayan desde Agremia.

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