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Estos sistemas de calefacción eran muy comunes en zonas rurales de Castilla y León y Castilla- La Mancha.

La gloria, el sistema de calefacción radiante que vuelve a ‘ponerse de moda’ en las zonas rurales

La ola de frío y los altos precios de los combustibles han provocado que algunos vecinos de zonas rurales hayan vuelto a activar sus glorias, un sistema de calefacción que se ha utilizado durante siglos en muchos pueblos de Castilla y León y Castilla-La Mancha.

El sector de la climatización también ha aportado nuevas expresiones a nuestro vocabulario. Quizá una de las más conocidas sea la de “estar en la gloria“, que viene del sistema de calefacción que se usaba sobe todo en las dos Castillas desde la Edad Media y que es, en cierto modo, un predecesor del suelo radiante.

Aunque la mayoría de las glorias instaladas en viviendas están actualmente desactivadas, la ola de frío y los altos precios de los combustibles han provocado que los vecinos de algunas zonas rurales hayan vuelto a poner en marcha estos antiguos sistemas de calefacción.

Es el caso de Nieves Muñoz, una vecina de La Villa de Don Fadrique (Toledo), donde este tipo de calefacción era muy común hace unos años. “Nosotros tuvimos que reactivar la gloria que tenemos en casa de mi madre cuando llegó Filomena, y también lo hemos hecho ahora con la ola de frío porque mi madre nos lo pide, además de suponer un cierto ahorro en la factura de la calefacción”.

Funcionamiento de la gloria: galerías subterráneas

El funcionamiento de este sistema de calefacción se basa en la acumulación de calor debajo del suelo. Este aire caliente se genera en un horno de aproximadamente un metro de ancho por uno de alto y se distribuye a través de las galerías subterráneas. De esta manera, se consigue calentar el suelo de la vivienda e incluso las paredes.

Normalmente, se utilizan cepas de vid, troncos de olivo y gavillas de sarmientos como combustible para encender el fuego.

El sistema se completa con una chimenea, que funciona como salida de humos y cortafuegos. De esta manera, se expulsan los gases producidos por la combustión de la leña.

Se necesita poco combustible

Su bajo índice de combustión permite que el calor se mantenga durante un largo tiempo (hasta 24 horas en algunos casos). Tal y como asegura Nieves Muñoz, “se necesita poca leña para calentar la casa porque además la gloria lleva una tapa de hierro para que no se escape el calor”.

El suelo también contribuye a esta tarea de retención del calor. Por eso, lo más común en este tipo de construcciones es encontrar baldosas de cerámica en el piso de la vivienda, un material capaz de conservar el calor durante un tiempo prolongado.

Un sistema “de siempre”

Nieves recuerda que la gloria estaba en casa de sus abuelos “desde siempre“, aunque reconoce que anteriormente “era más larga y se tuvo que acortar cuando se hicieron unas obras de reforma en la casa”.

No obstante, a día de hoy la mayoría de las viviendas que tienen instaladas las glorias también cuentan con otros sistemas de calefacción alternativos, como estufas de pellets o calderas de gasoil.

Este sistema, ideado por los romanos y que se ha utilizado en las zonas de Castilla y León y Castilla-La Mancha desde la Edad Media, supone un tipo de calefacción de bajo coste que se está reactivando en algunas zonas por la ola de frío y los altos precios de los combustibles.

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