Estas soluciones se enfrentarán en los próximos años a un horizonte condicionado por las diferentes normativas (nacionales y europeas) que limitan cada vez más su uso y las relegan a convertirse en una solución minoritaria y destinada al mercado de la reforma.
En el año 2022, aún seguían en funcionamiento en España casi 10.000 sistemas de calefacción central residencial de gasóleo, lo que nos habla de la importancia de este mercado.
Las calderas de gas se enfrentarán en los próximos años a un horizonte condicionado por las diferentes normativas (nacionales y europeas) que limitan cada vez más su uso y las relegan a convertirse en una solución minoritaria y destinada al mercado de la reforma.
De hecho, la nueva Directiva sobre Eficiencia Energética de los edificios publicada el pasado 20 de septiembre “recomienda la sustitución de los equipos de calefacción más contaminantes por otros con mejor rendimiento, aunque en ningún caso prohíbe el uso de calderas, independientemente de la naturaleza de su combustible”, como subrayan asociaciones como FEGECA o Agremia.
Sin embargo, tal y como advierte Juan Miguel Hernández, Product Marketing Specialist de Ariston Group, “la Unión Europea está estudiando la prohibición total de este tipo de calderas para 2029 a través de una nueva normativa y de hecho, en 2024 ya se iniciará la eliminación de subvenciones para las mismas”.
Según Hernández, estas regulaciones sobre emisiones de gases contaminantes son una de las principales razones que explican la “disminución de la popularidad” que han experimentado las calderas de gasoil.
“Además -continúa Hernández- estas soluciones tienden a ser menos eficientes que las de gas natural y suelen requerir un mantenimiento más intensivo, por lo que muchas personas están optando por sistemas de calefacción más limpios y eficientes, como las calderas de condensación”.
Repunte del mercado ligado a la COVID-19
Una opinión compartida por Günter Kenk, jefe de Producto de la gama Wolf Heating & Ventilation de Wolf Ibérica, que indica que “la demanda del mercado de calderas de gasóleo ha vuelto a su cauce descendente después de la COVID 19 y creemos que la tendencia continuará así”.
Y es que, tal y como explica Kenk, este mercado experimentó “un pequeño auge en el año 2021 ligado a la epidemia de la COVID 19 y al confinamiento que trajo aparejado, ya que se registraron numerosas obras en segundas residencias”.
“De esta manera, se habilitaron las propiedades en pueblos y lugares alejados de la gran ciudad, lo que conllevó la renovación de instalaciones de gasóleo, al no contar con disponibilidad de gas en muchas zonas rurales”, expone Kenk.
Un descenso del 30 % en las ventas
“Además, hoy en día ya no es posible instalar gasóleo en obra nueva y los consumidores cada vez más son conscientes de que deben reducir sus propias emisiones de C02 y de NOx, por lo que esperamos que este año las ventas desciendan un 30 % más respecto a los números de 2022″, puntualiza el jefe de Producto de la gama Wolf Heating & Ventilation de Wolf Ibérica
Una caída que también confirma Aurelio Lanchas, jefe de producto de Calefacción de Ferroli, que reconoce que “este segmento de mercado tiende a sufrir un descenso en el número de unidades vendidas debido a las nuevas tecnologías que entran en el mundo de la climatización”.
No obstante, destaca que las calderas de gasoil “tienen una vida media muy elevada y ofrecen un gran confort y seguridad de servicio a los usuarios, por lo que la voluntad de cambiar a otros combustibles no siempre es sencilla“.
Cabe destacar que la siguiente edición de Cuadernos de Climatización y Confort, que se publicará en los próximos días, recogerá un amplio reportaje sobre la situación actual del mercado de las calderas.