Las ventas de bombas de calor siguen registrando números récord año tras año tanto en España como en Europa. Las previsiones para los próximos años son tremendamente optimistas, motivadas por la penetración de este tipo de sistemas en rehabilitación, por las subvenciones y también por la legislación europea, que persigue el objetivo de conseguir la descarbonización de edificios para el año 2050.
El mercado de la bomba de calor atraviesa actualmente un momento extremadamente positivo. A las cifras que confirman sus aumentos exponenciales año tras año, se suman las subvenciones, las inversiones de los fabricantes y la legislación europea, que suponen un gran empujón para su potencial de crecimiento de cara a los próximos años.
Según los datos de la Asociación Europea de Bomba de Calor, en 2021 se vendieron 2,2 millones de bombas de calor en toda Europa, lo que representó un aumento del 34 % respecto al año anterior.
Además, tal y como señala Marta San Román, directora de AFEC, desde el año 2009 se han instalado un total de 17 millones de unidades, que cubren el 13 % del mercado de la calefacción en Europa.
Los grandes fabricantes también corroboran este crecimiento de mercado con datos. Uno de estos proveedores es Junkers Bosch, compañía desde la que aseguran que su negocio en bombas de calor creció un 54 % en 2022, convirtiéndose así en el “principal motor de crecimiento de la marca”.
De hecho, solo en Alemania, Bosch aumentó las ventas de estos productos un 75 %, mientras que en otros mercados también ha mantenido importantes crecimientos, como América (68 %) o Asia (28 %).
A estos datos ya confirmados, se suman las previsiones de los próximos años, que rebosan un gran optimismo. De hecho, según un informe de Allied Market Research, se espera que el mercado de la bomba de calor experimente una tasa de crecimiento anual del 9,5 % entre 2020 y 2027,
como explica Anna Sayeras, product marketing manager de Ariston Ibérica.
El mercado español no es ajeno al crecimiento
En España, el mercado de la bomba de calor también se encuentra “en constante crecimiento y se estima que este año se cierre con una evolución al alza de un 10 %”, tal y como señala David Irusta, jefe de producto de Vaillant Saunier Duval.
De hecho, según el último informe publicado por FEGECA, las ventas de bombas de calor multitarea (aerotermia y geotermia) han crecido en España un 48 % en 2022 con respecto al ejercicio anterior, pasando de 47.500 a 70.300 unidades vendidas. Por su parte, las bombas de calor de solo ACS también se incrementaron en un 51,52 %.
Los distribuidores españoles también manejan predicciones bastante positivas. De hecho, tal y como asegura Iván Ródenas, director general de Grupo Pladex, “se prevé una aceleración anual de 4 millones de bombas de calor, lo que significa que uno de cada tres sistemas de climatización integrarán esta solución, con crecimientos en torno al 30 y al 40 % alentados por la normativa europea y por las ayudas”.
Por su parte, José Luis Esquer, product manager de Eas Electric, se muestra seguro de que la bomba de calor “es la opción más demandada por su gran eficiencia y reducido consumo”.
“La tendencia -continúa Esquer- es clara, y tanto ahora como en los próximos años la bomba de calor va a ser la principal tecnología y va a relegar a otros sistemas”.
La bomba de calor, también en rehabilitación
Las subvenciones e incentivos a estos sistemas están facilitando su entrada en mercados como el de la rehabilitación, donde las bombas de calor están aumentando notablemente su presencia durante los últimos años.
Y es que, tal y como pone encima de la mesa Marta San Román, España cuenta con 25,7 millones de viviendas, de las que 10 millones son anteriores a 1980, por lo que “son más que mejorables en lo que se refiere a eficiencia energética”.
A este respecto, Anna Sayeras asegura que “las bombas de calor son cada vez más comunes en rehabilitación porque son una solución energéticamente eficiente y sostenible para la climatización de edificios existentes”.
A todo ello se suma que “muchos gobiernos están ofreciendo incentivos y subvenciones para fomentar la instalación de estas soluciones en viviendas antiguas”, subraya.
David Irusta tiene claro que “el mercado principal en los próximos años se centrará en rehabilitación de vivienda en altura, por lo que el desafío consiste en encontrar soluciones renovables viables para la edificación en altura que sean compatibles con los requisitos de seguridad, espacio y eficiencia”.
Desde Panasonic Heating & Cooling Solutions también son conscientes de que la penetración de las bombas de calor se está afianzando en el mercado español. Es por ello que, tal y como aseguran fuentes de la marca, “los fabricantes están desarrollando opciones capaces de integrarse en todo tipo de hogares, incluso en lugares con espacios limitados, como pisos o apartamentos”.
Por otro lado, la posibilidad de combinar la aerotermia con otras energías renovables como la solar térmica o la fotovoltaica, y la de hibridación con calderas de gas o gasóleo “logran que siempre exista una solución adecuada para instalación dentro del ámbito de la rehabilitación”, indica Marina Moreno, responsable de formación de BU Heating Wolf Ibérica.
Por último, grupos de distribución como Pladex confiesan que también están experimentando un aumento de la demanda de bombas de calor para rehabilitación, que va muy de la mano del acceso de los ciudadanos a las subvenciones para instalar este tipo de equipos en sus viviendas.
Los fabricantes aceleran las inversiones
Con el objetivo de poder absorber esta elevada demanda, los fabricantes continúan redoblando sus esfuerzos de inversión, apostando especialmente por reforzar la innovación, capacidad de producción y tecnología.
De hecho, según datos de la Asociación Europea de Bombas de Calor facilitados por AFEC, la inversión de los proveedores europeos para aumentar la capacidad de fabricación y mejorar su oferta tecnológica asciende a los 15.000 millones de euros en el caso de las bombas de calor.
Uno de estos ejemplos es el de Junkers Bosch, compañía desde la que confirman que llevarán a cabo una inversión de 700 millones de euros en electrificación y en reforzar sus fábricas europeas, apostando especialmente por “sistemas híbridos que combinen bomba de calor y caldera de condensación”.
En este sentido, Anna Sayeras indica que “los fabricantes se están centrando en desarrollar tecnologías que mejoren la eficiencia energética de sus productos, reduzcan los costes de operación y minimicen su impacto ambiental”.
Por su parte, David Irusta asegura que los desarrollos de los fabricantes están orientados a cumplir los objetivos marcados por las normativas europeas y locales, entre las que destaca la F-Gas, que podría obligar a la desaparición de equipos compactos con PCA igual o superior a 150 para el 1 de enero de 2025, acotando el mercado casi en su totalidad al gas R-290.
Legislativa europea: ¿freno o acicate?
Durante los últimos años, la Unión Europea ha intensificado sus políticas para fomentar el uso de la bomba de calor frente a otros sistemas de calefacción con combustibles fósiles. Una de las medidas más destacadas es el programa RePower EU, que se plantea ambiciosos objetivos en materia de descarbonización.
En este sentido, Iván Ródenas reconoce la apuesta de Europa por las bombas de calor para “propiciar un cambio en el modelo energético de los hogares, planteándose objetivos exigentes a no tan largo plazo”.
Por su parte, Paloma Sánchez-Cano también destaca que “en los últimos años se está haciendo mucho por la descarbonización en Europa”.
Tal y como asegura Sánchez-Cano, “entre 2030 y 2035 se prohibirán definitivamente este tipo de productos, haciendo que la única alternativa tecnológica sea la bomba de calor y propiciando un gran incremento en su instalación y demanda”.
En este sentido, “el principal objetivo es que haya más bombas de calor y menos calderas en el mercado, ya que éstas consumen combustibles fósiles”.
Desde Panasonic Heating & Cooling Solutions confían en que las regulaciones europeas “faciliten la transformación verde del sector e impulsen dinámicas más sostenibles y eficientes”.
Por este motivo, “creemos que el uso de las bombas de calor seguirá creciendo en la próxima década y se consolidará como una de las mejores opciones para climatizar los hogares gracias a sus características”, afirman.
Por su parte, Marina Moreno indica que, bajo el marco normativo europeo, que se plantea conseguir el objetivo de descarbonización en el año 2050, “el despliegue de las bombas de calor no dejará de aumentar, ya que esta tecnología es uno de los pilares de la transición energética”.
No obstante, algunos actores como AFEC han alzado la voz para advertir de que se están desarrollando textos legislativos que suponen “un gran freno al despliegue de la aerotermia y las bombas de calor”.
Un ejemplo de estos textos es el impuesto español sobre gases fluorados, que, como explica Marta San Román, “ha supuesto un claro paso atrás en términos de competitividad de las empresas españolas, al no estar armonizado con Europa y penalizar la comercialización de equipos”.
Por otro lado, algunas de las actuales propuestas de la revisión del reglamento de la F-Gas “son una clara amenaza al despliegue de bombas de calor en Europa, poniendo en alto riesgo los planes de descarbonización del RePower EU”, finaliza.
En esta misma línea se sitúan en Junkers Bosch, compañía desde la que reconocen que “es fundamental un cambio en las normativas europeas y en la mentalidad de las autoridades para potenciar la instalación de este tipo de soluciones”.