El propano, conocido como R290, está adentrándose en el mercado por su bajo Potencial de Calentamiento Global (GWP/PCA), con un valor de apenas 3, comparado con el GWP de 675 del R32.
El sector de la climatización está experimentando una evolución tecnológica que busca reducir el impacto ambiental y mejorar la eficiencia energética. En este contexto, la transición del refrigerante R32 al R290 (propano) en los sistemas de aerotermia ha ganado relevancia, posicionándose como una solución más ecológica y más eficiente. Este cambio está siendo impulsado por los principales fabricantes del mercado, que apuestan por un futuro más sostenible mediante la incorporación de R290 en sus nuevos modelos de aerotermia.
R290: el refrigerante del futuro en aerotermia
El propano, conocido como R290, está adentrándose en el mercado por su bajo Potencial de Calentamiento Global (GWP/PCA), con un valor de apenas 3, comparado con el GWP de 675 del R32. Este refrigerante no solo es más eficiente en términos energéticos, sino que también tiene un impacto ambiental considerablemente menor, lo que lo convierte en la elección ideal para reducir la huella de carbono.
La aerotermia, que ya se ha consolidado como una de las tecnologías más eficientes para la climatización de viviendas, encuentra en el R290 una oportunidad para mejorar aún más su rendimiento, especialmente en sustitución de calderas u otras instalaciones de calefacción existentes pensadas para altas temperaturas de impulsión. Al ser un refrigerante natural, el R290 no contiene cloro ni flúor, lo que significa que no daña la capa de ozono. Además, su capacidad para trabajar eficientemente en climas cálidos lo convierte en una opción preferida en regiones con veranos intensos.
Ventajas del R290 frente al R32 en aerotermia
El R32 ha sido el refrigerante predominante en los últimos años, especialmente en bombas de calor, pero el R290 está ganando terreno debido a sus ventajas técnicas y medioambientales:
- Eficiencia energética. El R290 requiere menos energía para generar los mismos niveles de calefacción y refrigeración, lo que mejora la eficiencia energética y reduce el consumo de la aerotermia.
- Menor impacto ambiental. Con un GWP de solo 3, el R290 tiene un impacto ambiental drásticamente menor que el R32, haciendo de este refrigerante una opción sostenible para cumplir con los objetivos de reducción de emisiones.
- Mejor rendimiento en climas cálidos. El R290 funciona de manera más eficiente en entornos de altas temperaturas, lo que optimiza el rendimiento de los sistemas de aerotermia en estas condiciones.
- Mayor temperatura de impulsión. Una de las características que tiene el R290 es la producción por encima de los 70ºC sin utilizar resistencias de apoyo, lo que aumenta su versatilidad de uso.
Desafíos y precauciones del R290
Aunque el R290 presenta múltiples ventajas, su alta inflamabilidad (clasificado como A3) es un factor a tener en cuenta en su uso. Desde Grupo Aplus destacan que, si bien el propano es un refrigerante natural muy eficiente y respetuoso con el medio ambiente, su manipulación requiere medidas de seguridad específicas como una adecuada ventilación y control de fugas. “El R290 es una gran opción para la eficiencia energética y el bajo impacto ambiental, pero su uso debe ir acompañado de las instalaciones adecuadas y profesionales capacitados para garantizar la seguridad”, apunta Luis Quesada Molina, director comercial de la compañía.
Muchas de las grandes marcas ya han lanzado modelos de aerotermia que emplean el R290, una clara indicación de que la industria “se está alineando con las tendencias globales de sostenibilidad”. Estos fabricantes reconocen que la transición hacia el R290 es esencial no solo para cumplir con las normativas medioambientales actuales, sino también para satisfacer la creciente demanda de soluciones de climatización más verdes y eficientes.
La transición del R32 al R290 en aerotermia refleja el compromiso del sector de la climatización con la sostenibilidad. Este cambio no solo garantiza una mayor eficiencia energética, sino que también reduce de forma significativa el impacto ambiental, contribuyendo al cumplimiento de las normativas europeas y los objetivos climáticos globales.