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Fuente: Epyme.
REPORTAJE

La regulación de la profesión, un clamor en el sector de la fontanería

La desregulación de la profesión de fontanero y las disparidades de criterios entre comunidades autónomas han fomentado que el intrusismo pueda campar a sus anchas en el sector. La aprobación de un reglamento común a nivel nacional se antoja, por tanto, como la gran asignatura pendiente para el sector de la fontanería.

La desregulación de la profesión de fontanero, a nivel nacional, está atenazando y limitando la capacidad del sector. La desaparición de los carnets profesionales condiciona la actividad y genera una gran inquietud entre empresas y asociaciones, que son testigos del elevado grado de intrusismo en la fontanería. El resultado de toda esta situación no es otro que una devaluación de la profesión ante el consumidor final. 

Además, la ausencia de un criterio o reglamento común para toda España (los requisitos que se exigen a los fontaneros son diferentes en cada comunidad autónoma) supone otra limitación más para los profesionales, sobre todo, para aquellos que tienen que desplazarse de un lugar a otro, con el fin de poder desempeñar los distintos trabajos para los que han sido requeridos. 

Figura de la empresa instaladora de fontanería

Fue en el año 2010, con la trasposición de la Directiva del Sector Servicios al ordenamiento jurídico español, cuando se perdió la figura de la empresa instaladora, tal y como la conocíamos anteriormente. A día de hoy, “no existe normativa a nivel nacional, y por tanto, hay un gran número de empresas que ejecutan instalaciones de fontanería sin unos mínimos conocimientos para hacerlo”, tal y como apunta Miguel Ruiz, responsable de prensa de Epyme

La regulación de la profesión es, de esta manera, un clamor para el sector de la fontanería, y los usuarios finales también deben ser conscientes de su necesidad, según señala el presidente de CNI Instaladores, Luis Nevares: “El intrusismo es un problema que el sector ha padecido de manera histórica y la legalización de las instalaciones y las acreditaciones profesionales son esenciales para luchar contra este mal. No obstante, es vital que el consumidor final sea consciente de todo esto”.

Costes del intrusismo

El presidente de CNI también advierte sobre los costes que puede suponer para los consumidores que personas no habilitadas acometan instalaciones de este tipo. “Si optas por encargar trabajos a un intruso, la cuantía económica que desembolsarás será menor, pero perderás las garantías, seguros, legalizaciones y la buena praxis en la ejecución”, señala. 

Por ello, “es fundamental que las instalaciones de fontanería vuelvan a incluirse en el ámbito de la Seguridad Industrial al que pertenecen”, exponen desde CNI, a la vez que apuntan al Ministerio de Industria como el organismo con competencias suficientes para regular la actividad.

¿Consideras que el intrusismo laboral es uno de los grandes problemas del sector de la instalación?

El reportaje completo puede leerse en el número 11 de Cuadernos de Climatización y Confort, que ya está disponible en nuestro visor web.

También puede consultar la revista en la Plataforma Magzter

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rasputin
rasputin
13/09/2023 01:21

el hábito NO hace al monje , solo la calificación comprobable del buen profesional

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