La transformación de las exigencias en la demanda de los clientes finales está derivando en un cambio de concepto de la figura del instalador, que debe actualizarse para ofrecer un servicio integral como principal prescriptor del sector.
El instalador profesional se encuentra actualmente inmerso en un proceso que no tiene vuelta atrás y que se acelerará a marchas forzadas de la mano de la transición energética durante los próximos años: un viaje hacia la multidisciplinariedad.
La evolución en la demanda de los usuarios finales está llevando a una redefinición de la figura del instalador y obliga a los profesionales a actualizarse tecnológicamente para acometer los servicios integrales que solicita el mercado actual.
Transición hacia la diversificación
Las asociaciones del sector instalador son muy conscientes de esta transformación de la demanda hacia la diversificación. Así lo reconoce Susana Rodríguez, presidenta de AEFYT, que explica que “a día de hoy los clientes no solo piden mejoras energéticas o transformaciones de instalaciones, sino mejores experiencias de uso”.
De esta manera, “las instalaciones han pasado a ejecutarse ad hoc, acompañando al cliente durante todas las fases de su experiencia de uso”, añade.
Una transición que también percibe Luis Nevares, presidente de CNI Instaladores, quien pronostica que este fenómeno “se acelerará durante los próximos años”.
Y es que, “si anteriormente los sistemas se trataban de una manera individual, hoy en día podemos hablar de la homogeneización de todos ellos, ya que climatización, calidad del aire y sistemas eléctricos van unidos”, afirma.
La empresa instaladora y mantenedora multiservicios, por tanto, ya no es una excepción propia de Cataluña, sino que también “ha pasado a imponerse en otras zonas de nuestro país por estos cambios en la demanda de los clientes”, tal y como apunta Ana María García, presidenta de CONAIF.
El reportaje completo puede leerse en el número 15 de Cuadernos de Climatización y Confort, que ya está disponible en nuestro visor online.