Los cambios, sus mejores y peores recuerdos, los retos, las oportunidades y los planes para el sector. Todo ello, lo repasa Juan Francisco Jiménez en esta entrevista ofrecida a C de Comunicación, apenas unos días después de asumir su nuevo cargo.
Juan Francisco Jiménez es uno de los nombres que aparecen en la última página del acta fundacional de la Asociación de Instaladores de Aislamiento en Edificación. En el apartado de firmas. Ahora, también es el último que aparece en el listado de presidentes de la entidad. Si hace treinta años, Jiménez, cuando su compañía Aislamientos Gainza apenas llevaba dos años rodando por el sector del aislamiento, firmó aquel papel que serviría para fundar AISLA, ahora se ha convertido, tres décadas más tarde, en su presidente. Los cambios, sus mejores y peores recuerdos, los retos, las oportunidades y los planes para el sector. Todo ello, lo repasa Juan Francisco Jiménez en esta entrevista ofrecida a C de Comunicación, apenas unos días después de asumir su nuevo cargo.
Pregunta: Lo primero, ¿cómo afronta los próximos años al frente de la presidencia de AISLA?
Respuesta: Con mucha ilusión por presidir una asociación como AISLA, siempre con respeto y la responsabilidad de estar a la altura para defender al sector. A la vez, confío en la experiencia y el compromiso de los compañeros de la junta directiva que me acompañarán en este estimulante proyecto.
P: Su firma aparece en el acta fundacional. ¿Cómo recuerda aquel día, esos inicios?
R: Con mucha nostalgia porque ya han pasado treinta años. Aislamientos Gainza tan solo llevaba dos años en el mercado y en aquella primera reunión me vi rodeado de grandísimos profesionales, con los que iba a iniciar un largo recorrido hasta hoy. Recuerdo la gran incertidumbre que se vivía con esos primeros pasos que dábamos y la ilusión por sacar adelante una asociación, en aquel momento, de instaladores y fabricantes. Siempre he creído en el asociacionismo como sistema para seguir creciendo como empresa.
P: ¿Cómo ha ido cambiando y evolucionando el sector del aislamiento y, por consiguiente, la asociación?
R: Si digo mucho o muchísimo me quedaría corto. Yo diría que la evolución del sector en estos años ha sido total. Desde el desconocimiento de los materiales y de lo poco que representaba el aislamiento dentro de la construcción y de la industria, a que hoy tenga ese papel importante, crucial, que desempeña en la eficiencia energética y sostenibilidad. Por supuesto, la asociación ha ido de la mano y ha crecido de la misma forma. Yo diría que incluso ha evoluciona de una manera más significativa. El crecimiento, en todos los sentidos, ha sido espectacular.
P: ¿Qué momentos recuerda especialmente complicados para el sector?
R: Los momentos complicados han ido de la mano de los momentos de crisis económica del país. Durante estos treinta años hemos pasado momentos delicados, pero el peor fue la crisis del 2008. Para la construcción, fueron tiempos muy malos, que se alargaron siete años, donde la morosidad y la falta de de trabajo nos llevó a situaciones verdaderamente graves. La asociación sufrió mucho durante esos años, con un número significativo de bajas. Nos llevó, inevitablemente, a reinventarnos y a trabajar muy duro para sacar la asociación adelante.
P: ¿Y algún momento especial en estas tres décadas?
R: No podría señalar uno en concreto. En general me quedo con aquellas reuniones presenciales de junta directiva, que siempre resultaban muy interesantes. También tengo un buen recuerdo de los encuentros con los asociados en las asambleas y congresos, donde todos nos ponemos cara y hablamos de los problemas y soluciones.
P: Ahora que asume la presidencia, ¿qué es lo primero que va a llevar a cabo?
R: Ahora mismo lo más importante es culminar el Plan Estratégico 2022-2025 de AISLA y, en la medida que se pueda, seguir creciendo. Para ello, es fundamental seguir trabajando en favor de nuestros valores, que son la ética, la calidad, la formación y la sostenibilidad. a partir de ahí, nos queda un duro, pero a la vez fascinante, trabajo por realizar.
P: ¿Qué retos tiene por delante AISLA?
R: Muchos. Y todos ellos van a seguir requiriendo un fuerte compromiso por parte de todos, desde el siempre importantísimo trabajo de nuestro secretario, pasando por la junta directiva y terminando en los asociados. Hay algo que me gustaría conseguir: que el asociado se involucre un poco más en el trabajo del día a día de la asociación. Tenemos muchos grupos de trabajo donde el asociado puede aportar mucho, ya que tenemos grandes profesionales dentro de la asociación. Hay que colaborar entre los asociados para crecer. Las sinergias que se puedan conseguir entre instaladores y patrocinadores pueden ser fundamentales. Soy un firme defensor del sello de instalador homologado (IH) y quiero seguir trabajando para conseguir que este sea reconocido por la administración.
P: ¿Qué le urge al sector?
R: Para mí, hay algo fundamental que es el reconocimiento de la cualificación profesional por parte de la administración. AISLA trabaja para expandir el sello de IH, tanto dentro como fuera de la entidad. Debemos fomentar el control y la exigencia de la calidad de obra. Somos profesionales dentro de nuestro sector y tenemos que conseguir ser reconocidos como tales.
P: La falta de profesionales es una realidad en casi todos los oficios. ¿Cómo lo viven desde AISLA?
R: La falta de mano de obra es un problema que ya llevamos unos años padeciendo, pero que últimamente se está agravando de forma considerable. AISLA lo vive de igual manera que lo viven otras asociaciones. En AISLA, pensamos que tenemos que trabajar en ello, que la solución no nos va a venir de fuera. Para ello apostamos por la FP Dual y en la medida que podamos, avanzar hacia la creación de un centro de Formación que facilite el acceso de los jóvenes a nuestro sector.
P: ¿Qué otros problemas afronta el sector y qué se puede aportar desde las asociaciones?
R: Parece ser que la construcción está pasando una pequeña crisis en cuanto a proyectos y ejecución de obras. En este sentido, poco podemos hacer desde la asociación. Un problema importante es el mencionado anteriormente: la falta de profesionales y de mano de obra en general. Aquí sí que las asociaciones nos debemos movilizar para mostrar a los jóvenes las ventajas de aprender oficios. Hay que unirse con otras asociaciones afines para trabajar conjuntamente en todos estos proyectos.