Tal y como se desprende del X Informe trimestral de absentismo y siniestralidad laboral relativo al tercer trimestre del 2024 de Adecco, la tasa de absentismo en el sector de la construcción -donde se encuentran las instalaciones- se sitúa en el 6,2 %.
El sector de las instalaciones está conformado, en su mayoría, por pymes, micropymes y autónomos que sufren, entre sus quebraderos de cabeza, la falta de personal cualificado, así como de relevo generacional. Un problema que hace sucumbir cada vez más negocios tradicionales ante la mirada de incomprensión de sus propios protagonistas, que no saben cómo abordar la situación. A todo ello se suma la “lacra” silenciosa e irrefrenable del absentismo laboral.
Tal y como se desprende del X Informe trimestral de absentismo y siniestralidad laboral relativo al tercer trimestre del 2024 de Adecco, la tasa de absentismo en el sector de la construcción -donde se encuentran las instalaciones- se sitúa en el 6,2 %. Teniendo en cuenta que la jornada pactada en este periodo fue de 460 horas/trabajador y hubo 29 horas de absentismo/persona, se concluye que las horas no trabajadas por absentismo equivalen a que 1.181.021 asalariados no hubieran acudido ningún día a su puesto de trabajo. Un problema que cuanto más pequeña es la empresa menor margen de maniobra tendrá para solucionarlo.
“El absentismo es uno de los mayores problemas actuales en el mundo de la empresa, tanto a nivel económico como social”, lamentan desde CNI Instaladores. “En un corto periodo de tiempo se ha duplicado y tiene un impacto significativo, ya que las tareas suelen ser técnicas y especializadas, por lo que la ausencia de un profesional puede retrasar proyectos clave“, señalan desde la confederación.
El absentismo como “lacra” para la empresa instaladora
En las pequeñas y medianas empresas, la falta de uno o varios trabajadores se siente “con mayor intensidad” al tener equipos más reducido, provocando un riesgo añadido. En este punto, para Inmaculada Peiró, directora general de Agremia, se trata de “una lacra, un problema generalizado en todos los sectores productivos”. “Muchas empresas instaladoras no tienen recursos financieros ni márgenes para contratar a personas de sustitución para los trabajadores que están de baja”. Especialmente, cuando esas mismas compañías tienen que seguir pagando muchos de los costes que generan los trabajadores de baja.
En Cataluña, el desempleo debido a una discapacidad de corta duración ha aumentado “drásticamente” en los últimos años. En esta comunidad autónoma se ha duplicado en la última década, desde las 3,8 horas mensuales en 2013 hasta las 7,5 horas mensuales en 2023. “Este fenómeno supone un reto adicional en un sector ya condicionado por la falta de personal cualificado: dificulta la planificación y ejecución de proyectos, incrementa los costes operativos y puede comprometer la calidad del servicio ofrecido”, indican desde FEGiCAT.
Las pymes instaladoras sufren más intensamente la ausencia de algún empleado, por motivos, siempre desde el punto de vista de la federación de gremios catalana, tales como aumento de los costes operativos -“el coste medio del absentismo en Cataluña alcanza los 2.420 euros por trabajador al año“-; los problemas de sustitución -“la enorme falta de personal cualificado dificulta encontrar sustitutos”-; la reducción de la competitividad y el impacto en la imagen de la empresa.
Propuestas de las asociaciones de instaladores
La directora general de Agremia propone, tal y como lleva reclamando la asociación que representa desde hace tiempo, que las mutuas colaboradoras de la Seguridad Social “puedan gestionar las bajas por contingencia común en su integridad, al igual que ocurre con las bajas producidas por accidentes de trabajo, con resultados que son muy satisfactorios”.
Por su parte, desde CNI Instaladores, consideran que “en el actual marco político-social es difícil combatir este problema tan grave”. “O existe una implicación de todos los agentes sociales para cambiar el modelo actual o no habrá solución”, lamentan. “No puede ser -prosiguen sus quejas- que un trabajador reciba más líquido estando de baja que trabajando, por poner un ejemplo”. Por ello, exigen que los motivos del absentismo “se deberían analizar y tratar de una manera más personal“.
Entre las propuestas de la Confederación Nacional de Instaladores, “la prevención en el ámbito laboral, el fomento de la formación y el empleo inclusivo (las personas con discapacidad y trabajadores mayores suelen tener tasas más bajas de absentismo), y la flexibilidad y bienestar laboral”.
Por último, desde FEGiCAT, urgen una mayor implicación de las mutuas, “facilitando actividades y recursos que agilicen la recuperación de los trabajadores y su reincorporación”; flexibilización de las condiciones laborales; negociación sectorial de las condiciones laborales, “evitando normativas homogéneas”; incentivar la prevención y facilitar la digitalización y automatización.