Las nuevas exigencias de los clientes, que cada vez solicitan un servicio más integral, están suponiendo una renovación de la figura del instalador tradicional, que ha tenido que pasar de la especialización a la diversificación. Esta renovación de la demanda abre nuevas oportunidades de negocio para los profesionales, que deben estar preparados para adaptarse a estos perfiles.
Los profesionales con mayor recorrido en el sector han vivido en primera persona la evolución que ha experimentado la figura del instalador, que se ha acelerado especialmente durante los últimos años. Los constantes cambios normativos, la irrupción de nuevas soluciones o la creciente digitalización de muchas de las tareas han obligado a la mayoría a tener que reinventarse y adaptarse a estas nuevas tecnologías que los clientes exigen cada vez con mayor frecuencia. Subirse al carro para no quedarse atrás no es para ellos una opción, es simplemente una necesidad.
Muchas de las transformaciones que los instaladores profesionales están en proceso de acometer se encuentran relacionadas de manera directa con las nuevas demandas de los clientes, que desde hace unos años solicitan un servicio cada vez más integral. De esta manera, buscan empresas con suficientes conocimientos o habilidades sobre las diferentes tecnologías que se pueden integrar en un proyecto.
Estas nuevas demandas suponen una renovación de la figura del instalador tradicional, que ha pasado de la “especialización” a la “diversificación”. Así lo reconoce Ana María García, directora general de CONAIF, que además explica que “los instaladores deben ser capaces de satisfacer todas las necesidades energéticas del cliente, y de ofrecer un servicio integral”.
Un poco más lejano ve este escenario la presidenta de AEFYT, Susana Rodríguez, que subraya la importancia de la especialización para las empresas que trabajan en entornos B2B, aunque no descarta una “globalización de las instalaciones” en una sola empresa en el futuro, lo que “implicará la creación de alianzas de mercado y sinergias” entre los sectores.
Sin embargo, hay plena coincidencia en la idea de que este proceso de transformación se incrementará previsiblemente en el futuro, sobre todo teniendo en cuenta la coyuntura energética, como afirma Luis Nevares, presidente de CNI. “Los proyectos son cada vez más globales y de un alcance variado, por lo que si no manejamos la mayoría de las tecnologías disponibles corremos el riesgo de no abarcar la demanda del mercado”, indica.
Nuevas oportunidades de negocio
Precisamente, una de las realidades que apuntan en esta dirección y que viven en su día a día muchos de los instaladores de climatización es la tendencia a incorporar en su oferta trabajos de instalaciones eléctricas, un fenómeno con gran recorrido en comunidades autónomas como Cataluña con la figura del ‘lampista’.
Hoy en día, hay una gran cantidad de proyectos como bombas de calor, solar fotovoltaica, gas natural, pellets, hidrógeno o hibridaciones de sistemas que “combinan lo hidráulico y lo eléctrico”, como apunta Luis Nevares.
El reportaje completo podrá leerse en el próximo número de Cuadernos de Climatización y Confort, que ya está disponible en nuestro visor web.