Las inversiones en capacidad de producción, que habían llevado a abrir nuevas fábricas y realizar nuevas contrataciones, han excedido la demanda, provocando la suspensión de miles de empleos en toda Europa.
Tras el crecimiento exacerbado de las ventas de bomba de calor durante los primeros ejercicios de los años 20 de este siglo en Europa, con crecimientos de más del 30 % interanual en 2021 y 2022, el 2023 frenó el acelerado auge de estos sistemas de climatización, con un descenso del 5 % en el viejo continente. Una cifra que no supone un gran descenso, pero la diferencia aumenta si se compara con las inversiones y las expectativas de los fabricantes de equipos de aerotermia para 2023 y 2024, muy lejos de la realidad. Unas previsiones que se suman a la incertidumbre del mercado ante las nuevas normativas europeas y la necesidad de ayudas públicas para la financiación de dichos sistemas.
Las inversiones en capacidad de producción, que habían llevado a abrir nuevas fábricas y realizar nuevas contrataciones, han excedido la demanda, provocando la suspensión de miles de empleos en toda Europa. “Por primera vez en quince años, en 2023, vimos una caída de las ventas”, indicó la responsable de asuntos de la UE de EHPA, Jozefien Vanbecelaere, durante la presentación del informe de bomba de calor, a principios de este año.
Y, si los primeros recortes de plantilla llegaron en 2023, el año 2024 se ha convertido en un año ‘negro’ para las empresas, que han tenido que reducir el número de trabajadores en sus fábricas europeas. Daikin recortó su plantilla de la fábrica de Bélgica al no renovar 500 contratos temporales de trabajadores de su factoría de Ostende. De igual manera, anunciaba, entonces, que retrasarían la inauguración de la fábrica de Polonia (prevista para julio de 2024). Se trata de una inversión de 300 millones de euros para construir dichas instalaciones. Entonces, no aclaró las causas, pero todo apunta al descenso del mercado de bombas de calor en el continente.
Recortes en las plantillas de los fabricantes europeos
El fabricante de bombas de calor Vaillant también ha tenido que recortar cientos de empleos. Concretamente, medios alemanes cifran en 700 puestos de trabajo eliminados por el proveedor germano, de los cuales 300 están en Alemania. El fabricante con sede el Remscheid pretende “adaptar sus estructuras de costes y personal”, después de que desde la Asociación Federal de la Industria Alemana de la Calefacción (BDH) se hablara de un descenso del 52 % de las ventas de bombas de calor en el primer trimestre de este año, con respecto al año anterior.
También en Alemania, Viessman anunció la reducción de jornada para parte de sus empleados de producción en Allendorf an der Eder (Hesse). Algo que comparte con su competidor Stiebel Eltron, que también comenzó a trabajar con jornada reducida debido a la caída del mercado de bombas de calor, todo según medios alemanes. En septiembre de este mismo año, el jefe de Bosch, Stefan Hartung no descartaba recortar empleos: “Actualmente nadie puede predecir con seguridad qué producción será necesaria y en qué áreas dentro de cinco años”.
Por su parte, el jefe del fabricante sueco de bombas de calor Nibe Industrier AB, Gerteric Lindquist, anunciaba, a inicios de año, la implantación de un programa de reducción de costes que despediría a 500 trabajadores. Y, en Francia, Saunier Duval anunciaba el plan de protección de empleo (PSE) en Nantes, con la pérdida de 225 puestos de trabajo, de un total de 730.
A la par, en Escocia, Mitsubishi Electric anunció el despido de 400 trabajadores de la fctoría de West Lothian, en Livingston. El motivo, el mismo: la caída de la demanda de bombas de calor. En total, son 443 puestos de trabajo los que están en riesgo.
En España, Johnson Control-Hitachi presentó un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) de 140 empleados en su fábrica de Vacarisses (Barcelona).