El documento establece las actuaciones y pautas de prevención de riesgos laborales para trabajar al aire libre durante fenómenos meteorológicos adversos. Así, el objetivo es evitar las graves alteraciones en la salud de los trabajadoras del sector expuestos al calor.
La Confederación Nacional de la Construcción (CNC), CCOO del Hábitat y UGT Fica acaban de aprobar el “Protocolo de actuación en el sector de la construcción ante los fenómenos meteorológicos adversos relacionados con las altas temperaturas” y los riesgos laborales.
La finalidad del documento es instaurar las actuaciones necesarias para ejecutar los trabajos en obra frente a los golpes de calor que sufren los trabajadores más expuestos a estas condiciones, las cuales pueden ser peligrosas e incluso mortales.
Protocolo: Recomendaciones y prevención de riesgos laborales en la construcción
Establece las pautas de prevención de riesgos laborales necesarias para llevar a cabo los trabajos cuando se dé la concurrencia de riesgos relacionados con fenómenos meteorológicos adversos derivados de temperaturas altas extremas; es decir, cuando la exposición laboral al calor pueda causar graves alteraciones en la salud de las personas trabajadoras.
Este protocolo fue fechado el 4 de julio de 2023 y está considerado un “hito para prevención de riesgos del sector”, según apuntan desde la Fundación Laboral de la Construcción. Asimismo, especifican que será de aplicación indefinida en las obras de construcción, lugares de trabajo al aire libre y en los espacios de trabajo que, por la actividad desarrollada no puedan quedar cerrados ante el riesgo de exposición a altas temperaturas, hasta que se sustituya por otro.
De igual manera, fija una serie de recomendaciones a seguir para mantenerse hidratado, ropa adecuada, descansos de forma seguida, entre otras pautas. También estipula que se tendrá en cuenta la planificación horaria de los trabajos en zonas de sombra cuando haya altas temperaturas con trabajos que requieran de gran esfuerzo físico.
Además, aclara los niveles en función de la peligrosidad del fenómeno meteorológico. Son tres niveles los definidos por colores: amarillo, naranja y rojo, en orden creciente de peligrosidad.