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Fotoimpacto: donde caben dos, ¿caben tres?

Por Covadonga Del NeroResponsable de contenidos del área de Climatización y Confort
La situación la comparte en sus redes Sergio Aldazabal y, en ella, se puede ver cómo en un reducido espacio de un restaurante trataron de encajar hasta tres máquinas de aire acondicionado.

En su día a día, los instaladores profesionales se encuentran con escenas inverosímiles, instalaciones que se podrían denominar “auténticas chapuzas“. Y que en muchas de las ocasiones les toca a ellos arreglar. Una situación que no es fácil, ya que el cliente ya ha perdido la confianza en el gremio, después de haberla depositado en el personal equivocado, el que denominan muchos profesionales como “el instalador pirata“.

La sección de Fotoimpacto de hoy la protagoniza, precisamente, uno de esos trabajos mal hechos casi seguro por un ‘intruso’ que se hace pasar por instalador. La situación la compartía en sus redes Sergio Aldazabal y, en ella, se puede ver cómo en un reducido espacio de un restaurante trataron de encajar hasta tres máquinas de aire acondicionado. “En un espacio donde como máximo caben dos máquinas, han colocado tres”, explica Aldazabal, aún sorprendido, a este medio.

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El principal riesgo a correr es que, al tratarse de un lugar inadecuado para la instalación, las máquinas no cumplan con su cometido. O bien no funcionen o, de hacerlo, lo hagan mal. Aunque en muchas ocasiones el riesgo puede afectar a la salud y seguridad de la ciudadanía. “En la mayoría de ocasiones, el cliente no sabe lo que está mal hecho porque desconoce cómo realizarlo y se fía del presunto profesional”, cuenta Sergio Aldazabal.

Preferible realizar una instalación nueva

Al colocar hasta tres máquinas de aire acondicionado en un lugar reducido, la solución “no es viable”. Es decir, “los equipos no van a rendir, va a haber problemas con la temperatura…”. Un ejemplo de cómo el profesional se encuentra con el trabajo a medio hacer. “Cables desconectados, llaves cerradas… El trabajo sin terminar”, lamenta dicho profesional.

El mayor problema de este tipo de instalaciones es que para el profesional que debe solucionar la chapuza, en muchas ocasiones, es preferible “realizar una instalación nueva“.

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