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Esta es la primera residencia de ancianos Passivhaus de nuestro país

Tras ser prefabricado en un taller de Barcelona, este edificio de 700 metros cuadrados ha sido trasladado a la localidad zamorana de Camarzana de Tera. Consta de 76 placas fotovoltaicas para la producción de energía eléctrica y tiene una demanda de energía para calefacción y refrigeración menor o igual a 15k Wh/m² al año. También es una de las primeras residencias certificadas como ‘casa pasiva’ de Europa.

La residencia de ancianos de la localidad zamorana de Camarzana de Tera es la primera en construirse y certificarse como Passivhaus en España. El edificio cuenta con una superficie total de 791,77 metros cuadrados en una sola planta con capacidad para dieciséis personas.

La residencia, que ya se encuentra operativa desde este verano, ha obtenido la certificación ‘Passivhaus Classic’ ya que cumple con todos los requisitos que establece este estándar de construcción de edifcios de consumo casi nulo: “una demanda de energía para calefacción y refrigeración menor o igual a 15k Wh/m² al año; una demanda de energía primaria menor o igual a 120kWh/m² al año; y la práctica ausencia de infiltraciones de aire en el interior de la vivienda o edificio (menor o igual a 0,6 renovaciones por hora a 50 pascales)”, tal y como detalla la Plataforma de Edificación Passivhaus (PEP).

Autoconsumo energético

Gracias a la instalación de un total de 76 placas fotovoltaicas para la producción de energía eléctrica la residencia tiene un 100 % de autoconsumo y la energía sobrante abastece a un edificio contiguo de la misma propiedad.

Además, la residencia dispone de sistemas aerotérmicos para la climatización mediante suelo radiante/refrescante, así como recuperadores de calor para minimizar el gasto en calefacción y refrigeración.

Según comenta Javier de Antón Freile, arquitecto de CSO Arquitectura y responsable del diseño del proyecto, “hemos intentado diseñar y construir un edificio totalmente ecológico y que, a su vez, el diseño del propio edificio respondiera tanto a parámetros de sostenibilidad como a la adaptabilidad con el entorno“.

Minimizar la huella ecológica del edificio

Cabe destacar que, con el objetivo de que la huella ecológica del edificio sea la mínima posible desde su propia construcción, se prefabricó el edificio en un taller de Barcelona y se trasladó a Zamora para su montaje. Además de utilizar un invernadero en el comedor para atemperar el aire existente en invierno y permitir la ventilación cruzada en el módulo salón – comedor en verano.

Bruno Gutiérrez, presidente de la PEP, ha afirmado que “esperamos que, a partir de ahora, y con este proyecto como ejemplo, se sumen muchos más agentes del sector a la construcción de edificios de consumo casi nulo bajo una de las certificaciones de eficiencia energética más exigentes del mundo, de manera que contribuyan a proteger el medioambiente y la salud de las personas”.

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