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¿Cómo ha afectado el COVID-19 a las empresas instaladoras, tras las últimas medidas gubernamentales?

Por Tania Alvarez
CNI publica las principales conclusiones de una encuesta que ha realizado a nivel nacional, para detectar cómo ha influido la crisis provocada por el coronavirus en las empresas del sector. Según los datos, la actividad se ha visto reducida entre un 60-70 %, y un 30 % de las instaladoras han tenido que presentar ERTEs durante este tiempo.

Tras cumplir más de un mes de confinamiento, las empresas instaladoras siguen desarrollando como pueden su actividad, crucial para ciertos casos domésticos y los relativos a prestar servicios que garanticen la continuidad de las “actividades esenciales” como la de los hospitales o los supermercados. Sin embargo, con las últimas medidas anunciadas por el Gobierno de España, las estragos en su actividad están siendo importantes: “La actividad se ha visto reducida, en general, en torno al 60-70 % con la paralización de las reformas en Comunidades de propietarios y mantenimientos preventivos“, señalan desde CNI.

Ésta es una de las principales conclusiones que la Confederación Nacional de Instaladores y Mantenedores ha hecho públicas, tras realizar una encuesta a nivel nacional para detectar cómo ha influido la crisis en las empresas instaladoras hasta hoy en día. Son 114 las compañías del sector que han participado en el sondeo.

Principales conclusiones

Además de esa pérdida de actividad, la entidad afirma que en el contexto actual se trabaja a diferentes ritmos en mantenimientos correctivos, reparación de averías, actividad comercial e industrial y trabajo en obra nueva: “Dependiendo de su actividad, algunas empresas han paralizado totalmente su trabajo”. Entre los datos arrojados por la encuesta destacan:

  • Por orden de prioridad, la falta de EPIs e imposibilidad para conseguirlos; la avalancha de información y cambios legales constantes que les impedían adaptarse con la suficiente rapidez a la situación; y la incertidumbre y miedo, tanto de empleados como de clientes, son los tres problemas más importantes para estas empresas. 
  • Por su parte, lo que más preocupa al empresario instalador es que la actividad se mantenga con nuevas inversiones una vez superado el estado de alarma (en primer lugar), seguido de medidas económicas efectivas y rápidas del Gobierno en apoyo a las empresas y, en tercer lugar, medidas para incentivar el consumo tras el levantamiento del confinamiento. La preocupación por el incremento de la morosidad ocupa un cuarto puesto.
  • Asimismo, las empresas instaladoras se han adaptado a la nueva situación combinando diversas medidas laborales, entre las que destacan la presentación de ERTEs por fuerza mayor o causas económicas (un 30 %), vacaciones o reducción de jornadas de trabajo (un 75 %). “Un 15% de empresas han preferido esperar antes de adoptar medidas”, matizan desde CNI.

Pongamos el foco en la demanda

Por otro lado, CNI insta al Gobierno a aprobar ayudas masivas e inmediatas en la misma medida en que se prevén las pérdidas económicas: Son varios los informes económicos que se están publicando sobre la repercusión que tendrá el COVID19 en nuestra economía, pero lo que resultará inevitable es que se produzca una recesión económica muy grave como ya nos adelantan las previsiones, con cifras tan preocupantes como la contracción en torno a un 8-9 % del PIB, causada por un 18 a 20% más de paro, 5.000-6.000 millones más de gasto público y la pérdida de recaudación de un 8 al 15 %”, explica.

Javier Cueto, presidente de CNI señala que “algunas organizaciones empresariales ponen el foco en la empresa para impulsar la recuperación económica, pero desde CNI consideramos más importante la demanda”.

“La estrategia del confinamiento para resolver la crisis de salud, ha aliviado un problema, pero da paso a la inevitable recesión económica vaticinada por una gran mayoría de economistas de Europa y USA. La incertidumbre, el pánico y el miedo generarán una gran caída de la demanda que tardará más en recuperarse que la oferta. Por ello, consideramos clave actuar con rapidez y coordinación para evitar entrar en un ciclo pernicioso”, amplían desde la Confederación.

Más respaldo financiero

Asimismio, CNI recuerda que una crisis global requiere una respuesta global: “Ningún país tiene la capacidad financiera para afrontarla solo. Por ello es esencial el compromiso de los bancos centrales, proporcionando respaldo financiero a los Gobiernos no sólo a través de sus reservas, sino imprimiendo dinero si ello fuera preciso”.

“Al igual que ocurre con la curva de contagios, para que la curva de recesión sea más plana son imprescindibles medidas macroeconómicas de apoyo”, describe la entidad que, además, insta al Ejecutivo a realizar el gasto que sea preciso ahora, enfocándose directamente en el desembolso en efectivo a empresas y hogares, con el fin de incrementar la liquidez de familias, empresas y autónomos; y”no en aplazamientos de pagos de impuestos”, recalca. Las medidas más urgentes que detalla son:

  • Pagar de forma inmediata a los trabajadores afectados por ERTEs
  • Liquidación urgente de todas las devoluciones de las declaraciones de IRPF
  • Subsidios urgentes en efectivo a las personas y empresas en peor situación
  • Agilizar los trámites para retrasar el pago de hipotecas y alquileres
  • Poner en marcha medidas urgentes para mantener la liquidez de las empresas y autónomos (para pago a proveedores y trabajadores) y evitar así el cierre, créditos rápidos y descuentos fiscales.
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