Estas prácticas delictivas, que tal y como informa Agremia son habituales durante todo el año, afectan a los más vulnerables y a la imagen del colectivo de los instaladores de gas.
“Se están incrementando los timos por falsos revisores de gas en viviendas”. Con estas palabras advierte Agremia de unas prácticas delictivas que se producen durante todo el año.
La Asociación de Empresas del Sector de las Instalaciones y la Energía explica que “la puesta a punto de las calderas de gas, al inicio de la temporada de frío, no es la única época del año en que se sucede un mayor número de timos por parte de estas personas que se hacen pasar por técnicos”.
El sector y los más vulnerados, principales afectados
“Estos – continúan describiendo fuentes de la entidad -, ataviados con monos de trabajo, dicen acudir a la vivienda en nombre de la compañía de gas, el Ayuntamiento o la Comunidad Autónoma correspondiente y, además, ante la desconfianza de sus propietarios, insisten en que, de no llevarse a cabo la inspección y el consiguiente arreglo, previo pago, pondrán en riesgo su seguridad y la de sus vecinos”.
Agremia avisa de que “estos engaños, sobre todo, se producen entre la población mayor que reside en pisos con instalaciones antiguas (bombonas de butano o propano)”.
Pero, además de afectar a los más vulnerables, “esto perjudica enormemente a la imagen del colectivo de instaladores de gas, que hace un gran trabajo realizando inspecciones o revisiones de gas o de aparatos de gas, contribuyendo a mantener la seguridad de las instalaciones de gas”, ha especificado a este medio Inmaculada Peiró, directora general de Agremia.
Algunos consejos prácticos
Para evitar ser objeto de un timo muy extendido, la asociación recomienda al usuario seguir una serie de sencillas pautas:
- Tener en cuenta los periodos de operaciones de inspección y revisión obligatorias en gas. En este sentido, es obligatorio revisar la caldera una vez cada dos años y la instalación de gas, una vez cada cinco años.
- Dependiendo del tipo de instalación que haya en la vivienda se pueden dar dos situaciones:
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- Si es de gas natural o propano canalizado: la compañía distribuidora avisará previamente por correo postal de la obligación de pasar la inspección. En esta carta informará de las fechas aproximadas. Los pagos, además, nunca serán en metálico ni en el momento de la inspección, sino que le aparecerá en el recibo de la factura siguiente. En caso de anomalías, el técnico entregará al cliente un informe que deberá facilitar al técnico que acuda al domicilio a subsanar las mismas.
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- Si es de gas o propano envasado, por ejemplo, bombonas de butano: el usuario será el encargado de contactar con el técnico, y no al revés, para que la empresa instaladora realice la revisión. En este caso, el pago de la revisión sí se realizará en el momento. Y, de existir anomalías, el técnico le ofrecerá un presupuesto para la reparación.
- En todos los casos, el técnico debe facilitar una copia de inspección o revisión.
- Es importante desconfiar de un técnico que acude al domicilio manifestándole que le cortará el suministro si se niega a realizar la revisión o no le enseña la acreditación para llevar a cabo estas tareas.
- Cuando el usuario tenga dudas sobre la identificación del técnico, debe contactar con la distribuidora en el número de teléfono que aparece en la factura.
- Cada Comunidad Autónoma fija el importe máximo a cobrar por las inspecciones, de ahí que sea importante consultar el de la Comunidad en donde se ubica la vivienda.
- Si con todo, es víctima de un delito, llame inmediatamente a la Policía: 091
“Ante cualquier sospecha de desconocidos que aparezcan en el domicilio sin que antes el cliente haya solicitado los servicios de la compañía, éste debe llamar inmediatamente a la Policía“, aconsejan los instaladores.
Cabe mencionar que Agremia lleva años advirtiendo de estas prácticas delictivas, y colaborando con administraciones públicas y cuerpos de seguridad para hacer llegar un mensaje claro a los ciudadanos, de manera que se eviten este tipo de situaciones.