Las empresas de rehabilitación y reformas ya están notando los estragos de la crisis de materias primas. Además de las subidas de precios en algunos de su materiales básicos, también peligran las obras de larga duración. Así lo han confirmado fuentes de ANERR.
El sector de la rehabilitación y la reforma no es ajeno a la crisis de materias primas que estamos viviendo a nivel mundial: “Nuestros asociados, ya nos están contando que por parte de sus suministradores se les ha informado de importantes subidas de precios en los materiales de aislamiento, revestimientos, metales, carpinterías de PVC, etc”, explican fuentes de ANERR.
“Asimismo -agregan desde la Asociación Nacional de Empresas de Rehabilitación y Reformas -, se están notando muchas dificultades con el suministro de ciertos elementos imprescindibles en las obras, lo cual está provocando retrasos que se acumulan a los sufridos por las circunstancias de la pandemia”.
“Unas subidas de precio del metal, la madera y derivados del petróleo que, sin duda, supondrán un problema en aquellas obras de larga duración, o en aquellas otras que estén ya contratadas y su inicio esté a la espera de licencias o de concesión de ayudas”, auguran desde la asociación.
Algunas recomendaciones
Antes esta “preocupante situación”, desde ANERR han remitido una serie de recomendaciones en forma de medidas que pueden ayudar a evitar las consecuencias de estas circunstacias:
- Fijar cláusulas de variación de precios en los contratos con los clientes.
- Acortar la validez temporal de los presupuestos, pudiendo así adaptarse a las altas y bajas del mercado de materias primas
- Dar plazos realistas para la ejecución de los trabajos a los clientes que tengan en cuenta estos factores.
- La provisión de acopios durante la ejecución de los trabajos, que garanticen que los materiales estén disponibles en el momento de su empleo, podría ser una posibilidad para garantizar el suministro de los materiales y equipos necesarios para la ejecución de las obras.
Desde ANERR lamentan que la subida de los precios (en algunos casos, de hasta del 62 %), y que “no era previsible” – subrayan -, “afecte a los clientes. Esperamos que con los fondos europeos sobre las rehabilitaciones energéticas y con la deducción fiscal en el IRPF (hasta el 60 %) se tenga el menor impacto posible, para conseguir la reactivación definitiva del sector”.