Adimac advierte de que, en España, el uso de fondos públicos para reformas relacionadas con sostenibilidad es un 53% inferior al que se hace en el resto de Europa.
“La falta de mano de obra amenaza la ejecución de los fondos europeos en nuestro país”. Con estas palabras la Confederación Nacional de Construcción (CNC) advierte de un problema al que podría enfrentarse España a la hora de ejecutar las nuevas rehabilitaciones, construcciones y, por tanto, instalaciones de climatización, calefacción y fontanería en edificios y viviendas.
“La construcción -continúan explicando necesitará alrededor de 700.000 trabajadores y podría batir la cifra de dos millones de ocupados al estar presente, de manera directa o indirecta, en siete de cada diez euros provenientes de Europa”.
Asimismo, fuentes de la entidad señalan que la previsión de crecimiento del sector para este año es de un 7 %: “Sin embargo, el crecimiento del sector podría haber sido mucho más significativo, puesto que la implementación de los fondos Next Generation será más tardía de lo previsto”, matizan.
Ayudas públicas: ¿se están utilizando en España?
En esta misma línea, y con el foco puesto en las ayudas públicas para, por ejemplo, sustituir equipos obsoletos o muy contaminantes por otros más eficientes y sostenibles en el hogar, Andimac anuncia que los ciudadanos españoles las usan mucho menos que en el resto de Europa.
“La tasa de usuarios que dicen usar fondos públicos para mejoras de vivienda relacionadas con sostenibilidad es un 52,6 % inferior en España que en el conjunto de Europa”, especifican, tal y como se desprende de su último barómetro realizado bajo el título de “La sostenibilidad en el mercado de la reforma”.
La patronal de la reforma considera que “estamos ante una oportunidad que debemos aprovechar”, pero “tenemos barreras económicas, falta de ayudas y dudas respecto a discernir sobre soluciones, garantías e instalación”.
“Por ello -agregan- los distribuidores de materiales de construcción deben convertir la rehabilitación en un producto de consumo y no supeditarla por completo al reparto de los fondos europeos”.
“Hasta la fecha en España no hay mercado de rehabilitación, lo que atribuye a la falta de políticas efectivas al efecto, ni en dotación ni diseño”, concluyen.