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La geotermia porcina: ¿una nueva oportunidad de mercado para los instaladores?

Por Javier EspadaDirector del área de Climatización y Confort
La geotermia porcina es ya una solución de climatización para las más de 80.000 granjas que hay en España. ¿Pueden suponer las instalaciones de geotermia una oportunidad de mercado para los fontaneros? Isbran, la empresa que ha desarrollado este sistema, ha hablado con este medio para responder a la pregunta.

El porcino es uno de los sectores más relevantes para la ganadería española y su peso en la producción final agraria es más que clave. En nuestro país, hay más de 80.000 granjas censadas, la mayoría de ellas en zonas rurales. Muchas utilizan gas como fuente de energía para la calefacción de las salas en las que se encuentran los animales, pero la cada vez más exigente regulación ambiental (que demanda reducir las emisiones de gases) y el aumento disparado del precio del gas, están abriendo la puerta a otras alternativas en las granjas porcinas.

Una de estas soluciones es la geotermia, que aprovecha la temperatura constante del suelo para la climatización de las granjas. Se trata de una alternativa que viene desarrollando desde hace unos años la empresa aragonesa Isbran. A través de la geotermia, no sólo consiguen aportar calor para las salas, sino también climatizarlas para que en los meses de verano puedan alcanzar una temperatura que oscila entre los 22º y los 25º. Para lograrlo, utilizan una bomba de calor geotérmica a través de la que consiguen intercambiar temperatura con el terreno para calentar principalmente las zonas en las que se encuentran los lechones.

El gran número de granjas que hay en España y la falta de sistemas de climatización para los meses de verano dibujan un campo abierto por recorrer para la geotermia porcina. Y por supuesto, también para los instaladores, por los trabajos de la red hidráulica que requiere el sistema, pues empresas como Isbran se encargan de instalar la geotermia, pero el resto de la tarea corre a cargo de los fontaneros.

Así lo explica a este medio Francisco Fernández Simón, responsable de comunicación de Isbran: “Toda esa estructura hidráulica para instalar las placas y el cuarto técnico abre una gran oportunidad de trabajo para los fontaneros. Se pueden instalar hasta 800 placas en una granja, lo que hace que el sistema de fontanería sea mucho más costoso aún que el de geotermia. Si la instalación de geotermia puede rondar los 120.000 euros, la de fontanería llega hasta los 150.000”, puntualiza.

A veces, la propia localización de las granjas en zonas rurales resta visibilidad a este tipo de oportunidades de mercado para los fontaneros, puesto que tienen que realizar largos desplazamientos para llegar hasta ellas, pero “están ahí y van a ir aumentando en el futuro”, se encarga de subrayar Fernández Simón.

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En Isbran se encargan de diseñar e instalar el sistema de geotermia, pero la parte de hidráulica y cuadro técnico corresponde a los instaladores. Fuente: Isbran Geotermia. 

Ahorro energético y ventajas sobre otras soluciones

Uno de los puntos fuertes de la geotermia es, sin duda, su eficiencia energética. A través de este sistema, con un kWh eléctrico, se pueden generar más de 4 kWh térmicos, lo que supone un gran ahorro en términos de energía y potencia. Esto convierte a la geotermia en una solución menos dependiente de la electricidad y que es capaz de generar calor con una potencia mucho menor que otros sistemas.

El responsable de comunicación de Isbran nos pone un ejemplo muy ilustrativo para entenderlo. “Una granja de 16.000 lechones con geotermia apenas gastó un euro por cada mil cerdos en plena borrasca Filomena. El consumo de gas que se da en las granjas es hasta diez veces superior”, señala.

“El gasto de consumo energético mensual para una granja de 1.000 cerdos con un sistema geotérmico –continúa Fernández Simón- ronda los 160 euros y un sistema tradicional no bajaría de los 2.000 euros, lo que supone un ahorro del 70 % frente a una solución de biomasa, del 80 % si se trata de una solución de gasóleo, o hasta del 90 %, si hablamos de electricidad”.

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Con la geotermia, se consigue la climatización de las salas, quedando la temperatura en los meses de verano entre los 22º y los 25 ºC. Fuente: Isbran Geotermia. 

De la geotermia porcina a la confortermia

El sistema geotérmico arroja resultados muy positivos si la captación se realiza en los fosos donde se acumula el purín. De esta manera, se consigue bajar la temperatura del purín y se reducen las emisiones de gases como el amoníaco. Y es que, la refrigeración de purines es una técnica homologada por las Directivas Europeas para reducir emisiones de amoníaco.

Esta normativa medioambiental ayuda a convertir a la geotermia en una de las pocas soluciones para reducir el amoníaco en las granjas de cría y de engorde en el futuro, tal y como cuenta al área de Climatización y Confort de C de Comunicación, el responsable de comunicación de Isbran. 

El bienestar animal es otra de las acciones de obligado cumplimiento para este tipo de negocios porque obliga a los propietarios de las granjas a establecer y mantener una temperatura de confort, que también proporcionan los sistemas de geotermia sin cortes ni incidencias. Y es que, desde Isbran, tienen muy clara la tendencia: “estamos en una evolución de la geotermia porcina a la confortermia, pues crear el confort ambiental es fundamental para el bienestar animal”, sentencian.

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