Maersk, la mayor naviera del mundo, ha suspendido el transporte marítimo, aéreo y ferroviario con Rusia. Una medida de bloqueo que se espera que tenga un efecto dominó en toda la red oceánica regional, provocando más retrasos y congesión en la cadena de suministros.
Esta madrugada se cumplía una semana desde que estalló la guerra entre Rusia y Ucrania. Un conflicto que tiene en vilo al resto del mundo, además de por la tragedia humana que supone cualquier contienda de este tipo, por las graves repercusiones que conlleva para la economía global, más en plena recuperación.
Una de ellas, tiene que ver con el bloqueo del tráfico de mercancías desde y hacia Rusia que se ha impuesto al país como medida sancionadora para intentar detener el conflicto armado.
Maersk, la mayor naviera del mundo, acaba de suspender el transporte marítimo, aéreo y ferroviario con la región, a excepción de alimentos, suministros médicos y humanitarios.
“Estamos profundamente preocupados por cómo la crisis sigue creciendo en Ucrania y comenzamos a ver el efecto de estas sanciones en los flujos de la cadena de suministro global, como demoras y detención de la carga por parte de las autoridades aduaneras en varios centros de transbordo”, afirman desde la compañía.
“Algo que -agregan-, en general, origina impactos operativos impredecibles“.
“Es clave que minimicemos la interrupción de la cadena de suministro y no aumentemos la congestión global en puertos y depósitos. Para la carga que ya está en camino y las reservas realizadas antes de que se anunciara esta suspensión, haremos todo lo posible para entregarla en su destino previsto”, aseguran desde Maersk.
El mantenimiento de la cadena de suministro peligra en todo el mundo
No obstante, y tal y como anticipa Ricardo de Vera, profesor de logística en OBS Business School, “este bloqueo no va a afectar solo a las grandes navieras, sino también a las pequeñas“.
“A las empresas multinacionales que están presentes en muchos países como es el caso de Europa, Estados Unidos, Japón y otros que los proveen de materiales, también les va a afectar estos bloqueos”.
De hecho, en los Países Bajos, Bélgica y Alemania se esperan retrasos significativos porque están reteniendo barcos en ruta hacia Rusia.
Además, las inspecciones de carga de exportación y transbordo con destino a Rusia han implantado procedimientos para cumplir con las sanciones y controles de exportación impuestos recientemente por diferentes jurisdicciones.
Los expertos prevén que los retrasos tengan un efecto dominó en toda la red oceánica regional, lo que provocará más retrasos y congestión en la cadena mundial de suministros.
Todo ello supone que “serán muchos los sectores afectados a nivel mundial. Pero los principales van a ser el energético, el tecnológico, el de alimentación y el de automoción”, concluye De Vera.
