Inicio / Noticias / Sectoriales / La bomba de calor, una alternativa para reducir la dependencia europea del gas ruso
Imagen de parte del decálogo elaborado por la Agencia Internacional de la Energía.
Imagen de parte del decálogo elaborado por la Agencia Internacional de la Energía.

La bomba de calor, una alternativa para reducir la dependencia europea del gas ruso

Por Javier EspadaDirector del área de Climatización y Confort
La Unión Europea, que recibe el 33 % del suministro total de gas de Rusia, se ha propuesto reducir en más de una tercera parte sus importaciones de gas ruso en un año. Para lograrlo, la AIE ha publicado los diez puntos a seguir, entre los que se encuentra agilizar la sustitución de calderas de gas por bombas de calor.

Quince días han pasado ya desde que Putin iniciara lo que calificó como una “operación militar especial” en Ucrania y el conflicto parece enquistarse cada vez más. Como consecuencia, la escalada de precios en el sector de la energía continúa agudizándose. Lejos de frenar su subida, el precio del gas ha alcanzado este jueves los 143,90 €/MWh, según el Mercado Ibérico del Gas. 

La Unión Europea recibe el 33 % del suministro total del gas de Rusia, según datos UBS, lo que supone una alta dependencia de ella. En España, ese porcentaje se reduce al 8,5 %, pues la mayor parte del gas llega procedente de Argelia (el 42 %). 

En su estrategia de implementar acciones que buscan asfixiar la “economía rusa”, la Unión Europea se ha propuesto reducir en más de una tercera parte sus importaciones de gas natural ruso en un año.

Además, Josep Borrell, el jefe de la diplomacia europea, ha pedido a los ciudadanos europeos bajar la calefacción en sus casas y reducir el consumo de gas para “cortar” la financiación de la rusa de la guerra.”Somos dependientes del gas ruso y lo primero que tenemos que hacer es cancelar esa dependencia“, ha explicado. 

Para lograrlo, la Agencia Internacional de la Energía (AIE) ha publicado un decálogo, que contempla una serie de medidas con el objetivo de reducir las importaciones de gas ruso. Entre ellas, se encuentra la de agilizar la sustitución de las calderas de gas por bombas de calor, acelerar las mejoras de eficiencia energética en todo tipo de edificios y sectores industriales, o bajar la temperatura de los termostatos de calefacción en casa, entre otras. 

La bomba de calor como alternativa 

Tal y como explica Marta San Román, directora general de AFEC, la bomba de calor forma parte del plan de la Agencia Internacional de la Energía y específicamente se cita en dos de las diez medidas propuestas.

En el punto siete, se detalla que si “se acelera el despliegue previsto de la bomba de calor, duplicando el ratio actual de su instalación en la UE, se podrían ahorrar 2.000 millones de metros cúbicos adicionales de gas en el primer año”. Por eso, animan a sustituir las calderas de gas por bombas de calor.

En la octava de las medidas propuestas, la AIE también explica que “el impulso a corto plazo de las renovaciones de los edificios y el despliegue de las bombas de calor acelera los cambios que forman parte del marco político de la UE”. 

Francia se suma a la propuesta 

Francia ha secundado la propuesta de la AIE de reducir el consumo enegético. El gobierno galo ha pedido un esfuerzo a sus ciudadanos para bajar un grado la calefacción en los edificios particulares, lo que supondría entre 12 y 15 buques de metano, aseguran. 

Tanto autoridades gubernamentales como altos dirigentes energéticos franceses se han puesto de acuerdo para solicitar a sus ciudadanos una acción que también está recogida en el decálogo de la AIE. Concretamente, se establece que la reducción de la temperatura del termostato en un grado puede suponer un ahorro de 10 billones de metros cúbicos de gas al año

Cabe recordar que el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, anunció este martes que dejará de comprar gas y petróleo a Rusia. Sin embargo, esta medida no tendrá “grandes efectos“, pues según la EIA la mayor parte del gas que se consume en el país norteamericano se produce ahí mismo. Lo poco que se importa se hace principalmente desde Canadá, a diferencia de Europa, cuya dependencia del gas ruso es mucho más determinante. 

Notificar nuevos comentarios
Notificar
guest
0 Comentarios
Comentarios en línea
Ver todos los comentarios
Scroll al inicio