Durante los últimos años el aislamiento térmico ha cobrado una importancia vital. Estamos inmersos en una ‘tormenta perfecta‘ impulsada por tres fuerzas principales: una escalada del precio de la energía, unos objetivos de descarbonización ambiciosos y el aumento en la expectativa de confort que esperamos en nuestros hogares frente a episodios climáticos extremos tanto en invierno como en verano.
Todo esto ha disparado el interés por el aislamiento térmico, por conocer sus tipologías, cuáles son las ventajas que aporta, y en definitiva, por saber cuál es el más apropiado para la vivienda.
¿Qué esperamos del mejor aislamiento térmico?
Para entender qué hace que un aislamiento térmico sea el mejor, debemos primero establecer qué parámetros se pueden utilizar para comparar productos, y qué ponderación otorgar a cada uno de ellos.
- Capacidad aislante: La principal función de un aislamiento térmico es, por supuesto, aislar. El aislamiento térmico debe reducir al máximo el flujo de calor entre el espacio habitable y el exterior. De esta manera, aumentamos el confort y reducimos la factura energética.
- Durabilidad: La durabilidad es otro factor crucial. Los aislamientos térmicos no requieren mantenimiento ni se suelen renovar. No suelen ser accesibles, y su sustitución o reparación tiene un coste muy alto, o es inviable. Por eso, es importante valorar la durabilidad del material y sus prestaciones.
- Salubridad: Un buen aislamiento térmico ayuda a mantener la salubridad del ambiente interior: regula la humedad, reduce infiltraciones de aire no controladas, elimina condensaciones y moho, y no emite partículas o sustancias tóxicas al aire interior.
- Seguridad: Los sistemas constructivos con aislamiento deben ser seguros frente al fuego durante toda su vida útil. Además, su instalación tiene que garantizar la seguridad tanto para los trabajadores como para los habitantes del edificio.
- Sostenibilidad: La sostenibilidad es quizás el último parámetro en incorporarse a esta selección, pero ha irrumpido con fuerza, y será el responsable de próximos cambios. El aislamiento térmico tiene un doble compromiso con la sostenibilidad. Por un lado, puede reducir su impacto ambiental, su carbono embebido, y el de las soluciones constructivas de las que forma parte, y por otro, minimiza de forma notable el carbono operacional que ocasiona el consumo del edificio.
Innovación en los productos
Los fabricantes de materiales de aislamiento están inmersos en un proceso continuo de innovación y desarrollo. Cada día incorporan mejoras a sus procesos productivos destinadas a reducir la huella de carbono, incrementar las prestaciones y la durabilidad de los aislamientos. Además, desarrollan nuevas soluciones adaptadas a las necesidades del sector: mayor eficiencia energética, rehabilitación e industrialización.
Este dinamismo se refleja en la variedad de opciones disponibles en el mercado. Sin embargo, esta abundancia también puede generar dudas sobre cuál es el aislamiento térmico más adecuado para cada caso.
Entonces, ¿cuál es el mejor aislamiento térmico?
Como hemos podido intuir, la pregunta no tiene respuesta única. El mejor aislamiento térmico es aquel que satisface los requerimientos solicitados en cada solución constructiva definida y correctamente ejecutada. Aquí es donde la confianza en el profesional se convierte en un factor crucial.
Si necesitáramos someternos una intervención quirúrgica, no nos atreveríamos a decir al cirujano qué anestesia utilizar, qué instrumental usar, o qué válvula insertar. Buscaríamos el mejor profesional y confiaríamos en su conocimiento y experiencia para tomar las decisiones correctas. Con la elección del aislamiento, el diseño de la solución constructiva, y su correcta ejecución debemos aplicar el mismo criterio: buscar el mejor profesional y confiar en su criterio.
La clave: la correcta instalación
La decisión es sencilla: debemos buscar buenos profesionales y confiar en su criterio. Ellos serán quienes puedan evaluar de manera precisa las necesidades de cada edificación, considerando todos los factores mencionados: aislamiento, durabilidad, salubridad, seguridad y sostenibilidad.
Y de todos los profesionales, quizás el instalador sea el que tenga la llave del éxito: El mejor material incorrectamente instalado no logrará alcanzar las exigencias requeridas. Es frecuente no prestarle la debida atención a este eslabón de la cadena, pero es el que tiene la capacidad de trasladar la excelencia profesional del prescriptor y el desarrollo tecnológico del fabricante al cliente final.
En definitiva, el mejor aislamiento térmico no es un producto específico, sino el resultado de una buena fabricación, una prescripción adecuada y una instalación profesional. Solo así podemos asegurar que nuestros edificios sean eficientes, seguros y sostenibles, contribuyendo de manera significativa a la lucha contra el cambio climático y al bienestar de los ocupantes.