¿Cuánto tiempo tendré que esperar para recibir mi aerotermia? Esta es la pregunta que repiten muchos instaladores a los técnicos que les atienden en los puntos de venta de sus proveedores de confianza cuando tienen que adquirir un sistema de este tipo porque sus clientes se lo han demandado.
Y es que, aunque los problemas de suministros de componentes han mejorado considerablemente respecto al año anterior (al menos esto es lo que transmiten los fabricantes de puertas hacia afuera), la realidad es que los profesionales se siguen enfrentando a plazos de entrega de aerotermia que alcanzan hasta los seis meses en los casos más extremos.
Tal y como se puede palpar en las conversaciones con los profesionales del sector, el suministro de estos sistemas supone realmente una gran preocupación para los instaladores y ya está causando incumplimientos en las fechas de entrega de las obras de algunas viviendas.
Pese a que la aerotermia no requiere una inmediatez similar a la de la sustitución por rotura de una caldera instalada, muchos instaladores se han visto obligados a cancelar sus pedidos debido a los retrasos, lo que lleva a paralizar algunas obras, sobre todo en aquellos casos en los que no encuentren un proveedor capaz de suministrar el material a tiempo.
Pérdidas de venta entre los distribuidores
Las consecuencias de esta situación también se hacen notar en la distribución profesional, el siguiente actor en la cadena de valor del sector. De hecho, algunas compañías ya han experimentando pérdidas de venta o cancelaciones de pedidos de las marcas que acumulan mayores retrasos.
Y es que, según algunos instaladores, fabricantes como Daikin o Saunier Duval pueden alcanzar retrasos de más de seis meses, lo que también puede explicarse porque se trata de dos de las marcas con mayor demanda a día de hoy en el mercado.
En este contexto, muchos distribuidores ya han decidido ‘tomar cartas en el asunto‘ y apostar por aquellos proveedores de aerotermia que les ofrecen mayores garantías de suministro para evitar riesgos de pérdidas o cancelaciones.
Desequilibrio entre la oferta y la demanda
La principal razón que hay detrás de estos retrasos en las entregas es el enorme desequilibrio existente entre la oferta y la demanda. A día de hoy, los proveedores se muestran incapaces de absorber una demanda que en los últimos años ha crecido de manera exponencial.
De hecho, según el último informe publicado por FEGECA, las ventas de bomba de calor multitarea, que incluyen sistemas de aerotermia y geotermia, han crecido en España un 48 % en 2022 con respecto al ejercicio anterior.
Cada vez son más los usuarios que instalan soluciones de aerotermia en sus hogares, motivados especialmente por la eficiencia y el ahorro en la factura energética. De esta manera, la aerotermia ha conseguido convertirse en una de las soluciones más demandadas en la última campaña de calefacción, imponiéndose a otros sistemas tradicionales, especialmente en las zonas del centro y norte de España.
A esta desorbitada demanda, se suman las dificultades en el suministro con algunos componentes claves para la fabricación de aerotermia, como chips, o bombas circuladoras, lo que demora aún más los plazos.
Inversiones millonarias en aerotermia
Los grandes fabricantes entendieron hace tiempo que debían acelerar de manera urgente su capacidad de producción para poder equilibrar la oferta y la demanda, y se lanzaron a completar inversiones millonarias en aperturas de nuevas fábricas o líneas de producción.
De esta manera, el centro de Europa se convirtió en el espacio ideal para las nuevas plantas productivas de marcas como Panasonic, Daikin, Groupe Atlantic, Ariston, Vaillant Saunier Duval, Viessmann…
Sin embargo, estos esfuerzos no han sido suficientes, al menos por el momento, por lo que serán necesarias más inversiones para afrontar con seguridad un futuro en el que la aerotermia seguirá creciendo a pasos agigantados.
¿Todo a la electrificación?
El horizonte que tiene por delante la aerotermia en los próximos años es sencillamente inmejorable, sobre todo debido al empuje de las subvenciones. Además, a tenor de las últimas normativas que llegan desde Bruselas, la Unión Europea parece tener claro que lo apostará todo a una carta en el proceso de descarbonización. Y esa carta es la electrificación.
Así lo delatan algunos de los últimos textos legislativos aprobados, que establecen la fecha de caducidad de los sistemas de calefacción de combustibles fósiles, como las calderas de gas o gasóleo.
No obstante, las instituciones europeas dejan una puerta abierta a las calderas, al menos mediante la hibridación, para así fomentar una alternativa a la bomba de calor y a la aerotermia.
Y es que, pese a que el objetivo de la Unión Europea es alcanzar 60 millones de bombas de calor instaladas en 2030, la realidad es que el mercado europeo no está preparado a día de hoy para satisfacer una demanda tan desorbitada. Por lo tanto, no parece muy acertado volcar el mercado hacia una única solución.
Y más todavía, teniendo en cuenta que en España se han instalado en 2022 un total de 352.000 calderas, un número que aún está muy por encima de las bombas de calor multitarea, que alcanzan los 70.300.
Por lo tanto, con los datos en la mano, no parece lo más idóneo que las instituciones dirijan sus esfuerzos a fomentar una única solución, pues estarán poniendo freno a la diversificación y limitando las opciones de mercado.
