En el patio de cuadrillas, con el capote liado y los machos apretados. Preparados para que rompa el paseíllo. Así están (recurriendo al símil taurino) la mayoría de fabricantes y distribuidores, que aguardan con impaciencia y un cierto ápice de nerviosismo el arranque definitivo de la tan ansiada campaña de aire acondicionado de este año.
Las lluvias persistentes, que han sido la tónica habitual de estos primeros meses del año en lo climatológico y que se han mantenido hasta hace tan solo unos días en muchos lugares de España, han contribuido a que empiecen a cundir los nervios entre más de uno. De hecho, algunos ya se muerden las uñas, fruto de la intranquilidad. Sobre todo, con el reciente recuerdo del precedente más inmediato: una campaña de 2024 que fue ‘un fiasco’ para muchos, debido al gran retraso en la llegada de las altas temperaturas. Y es que, aunque la prolongación de la temporada más allá de los meses habituales (un fenómeno que se viene repitiendo durante los últimos años) ayudó a algunos distribuidores a ‘salvar los muebles’, los resultados no fueron ni mucho menos los esperados.
Sin embargo, durante los últimos días las altas temperaturas parecen querer abrirse paso para insuflar un soplo de aire (cálido) de optimismo a fabricantes y distribuidores. Y lo hacen en un momento que se antoja como determinante para el devenir de la campaña. La llegada de una ola de calor que permita disparar las ventas en estos últimos días de mayo sería el punto de inflexión que la campaña necesita para ‘arrancar con confianza’.
El punto de inflexión que la campaña necesita
La llegada de una ola de calor supondría un cambio radical de escenario por dos motivos. El primero está claro. Significaría que la campaña ha echado a rodar con fuerza. Y el segundo es una consecuencia del primero: ayudaría a desatascar una situación que está ralentizando actualmente el ritmo de las ventas de sell in (fabricantes hacia el canal de la distribución): la acumulación de un elevado stock en los almacenes de toda España.
La realidad es que muchos distribuidores necesitan ‘dar salida’ a su alto volumen de stock de máquinas de aire acondicionado, que quedaron acumuladas en sus almacenes desde el año pasado por la coyuntura de la campaña. Un hecho que, en caso de producirse, equilibraría la oferta y la demanda, acelerando la salida de equipos desde los centros logísticos de los fabricantes hacia los puntos de venta de la distribución.
Las estrategias de las marcas cambian
Lo que no admite discusión es que la campaña de aire acondicionado (al igual que ocurre con la de calefacción) ha cambiado. Ya no es lo que era. Y, por tanto, ya no sirven las fórmulas utilizadas hasta ahora. La temporada está totalmente desestacionalizada (ya es muy difícil delimitar sus fronteras por meses) y esto abre grandes posibilidades para la promoción de determinadas soluciones integrales como la aerotermia, pero también exige a las marcas revisar su estrategia y destinar un número mayor de esfuerzos y recursos a la preparación de la misma.
Los planes estratégicos para preparar las campañas han cambiado por completo. El modus operandi aplicado hasta ahora ya no funciona. En este nuevo contexto, los fabricantes se han visto obligados no solo a adelantar cada vez más el engranaje de su maquinaria y ponerse ‘manos a la obra’ lo antes posible para llegar a tiempo a los meses decisivos, sino a dedicar más atención y recursos a una campaña cada vez más exigente.
Y este trabajo no solo se sustancia en la estrategia de marketing y comunicación. La optimización de la logística, por ejemplo, juega un papel determinante. Por eso, las grandes compañías han puesto el foco en articular mecanismos que les permitan asegurar la disponibilidad de producto desde el inicio de la campaña, evitando así la posible interrupción del suministro de máquinas (como ocurrió en 2023) y reduciendo los tiempos de entrega de los equipos a todos y cada uno de sus clientes.
‘Competir contra todo’
Pero los esfuerzos de las marcas no están enfocados únicamente en clave de marketing, comunicación y logística. Las campañas han evolucionado al compás de la sociedad. Y esto se refleja directamente en los hábitos de demanda y consumo. Los usuarios de hoy son más exigentes que nunca, debido a la gran cantidad de información a la que pueden tener acceso y a la amplia oferta de productos, motivada por el gran número de actores que existen en un mercado saturado.
En este sentido, marcas y distribuidores son cada vez más conscientes de que no solo compiten con el almacén de la esquina o con el fabricante asiático de turno que acaba de aterrizar en España, sino que también lo hacen con la inabarcable oferta de ocio de la actualidad, y más aún después de la pandemia. Y en esta batalla contra el ocio el reloj corre en contra del sector. Al menos en nuestro país, por esa tendencia tan española de dejarlo todo para el último momento.
Por eso, una llegada tardía de las altas temperaturas podría traducirse en consecuencias desastrosas, similares a las del año pasado, cuando muchos usuarios optaron por destinar sus ahorros a las vacaciones y prescindieron de incrementar el confort en sus hogares. Y claro, con la cartera vacía, ya es más difícil realizar esta inversión.
¿La campaña de la bomba de calor?
Si nos atenemos a las previsiones climatológicas, este verano será mucho más cálido y duradero que el anterior. De hecho, los fabricantes se han preparado para dar respuesta a posibles cuellos de botella que se generen entre los meses de mayo y julio debido a los posibles picos de la demanda.
Todo parece indicar que la campaña será, de entrada, mejor que la del año pasado. Sin llegar, eso sí, a los niveles de otras temporadas doradas que todavía se recuerdan entre distribuidores y fabricantes, como la de 2003, cuando el calor extremo se extendió durante semanas, desbordando por completo las previsiones de ventas de equipos en toda España.
Pero los fabricantes y distribuidores deben afrontar la campaña de hoy en día con otra lógica diferente. Como si fuera parte de un todo. Enmarcada en un contexto distinto. Y esto abre un escenario inmejorable para la bomba de calor, la solución integral por excelencia capaz de producir calor, frío y ACS de manera simultánea. ¿Será ésta, por fin, la campaña de la bomba de calor?