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Digitalización: cómo actúa el instalador

Por Miguel Ángel Jiménez

La transformación digital de las empresas del sector de HVAC, especialmente instaladoras, ha sido y sigue siendo un tema reiterado en numerosos eventos, digitales hoy, presenciales en la época pre-COVID. Además, los medios de comunicación nos hacemos eco constantemente de diferentes noticias y estudios relativos a este concepto, bastante sobado ya, de la digitalización.

Sin embargo, por lo que se percibe, la pandemia no ha representado un avance en la digitalización de los instaladores. APIEM, asociación de empresarios de instalaciones eléctricas (con presencia en el sector de climatización) aportaba en un reciente estudio un dato interesante; tan solo el 21,8 % de las firmas participantes afirmaba haber aprovechado la situación generada por el COVID-19 para iniciar programas de digitalización. Además, una encuesta elaborada por AMASCAL y Telematel en los ámbitos de climatización, calefacción y fontanería revela que las pymes instaladoras, en especial a partir de un segmento de edad por encima de 48 años, no muestran una intensa apuesta por lo digital.

Digitalización, asignatura pendiente para el colectivo de instaladores y fontaneros.
La digitalización es una asignatura en la que se necesita progresar adecuadamente por parte del colectivo instalador.

Se trata pues de una asignatura pendiente en un mundo que avanza a una velocidad muy rápida. El canal digital sí que se utiliza, en cambio, por muchas empresas instaladoras como fuente de información técnica e incluso también para comprobar y comparar precios de distintos productos y proveedores; pero sin llegar a realizar la compra online. Tampoco se aprovecha todas las capacidades de las herramientas digitales para mejorar la productividad.

Míster Google y la presencia en la red

Hoy en día, sería natural pensar que cualquier empresa dispone de una web donde pueda publicitar sus servicios y reforzar su visibilidad en el canal online, pero no es así en el gremio de instaladores y fontaneros. Algunas empresas de este colectivo reconocen no disponer de página web, sobre todo si hablamos de micropymes y autónomos en muchos casos. Son conscientes de que no contar con un escaparate online es un déficit, pero la falta de tiempo y recursos les llevan a ello.

Si hablamos de mantener presencia en las redes sociales, como Twitter, Facebook o Linkedin, ya es una cuestión de nota. Muchos profesionales, volcados al 120 % en su trabajo y en la atención a sus clientes, no acaban de ver todo el potencial que les pueden ofrecer estas aplicaciones para darse a conocer y crecer en su negocio.

Incluso una herramienta gratuita como Google My Business no es del todo conocida. Es una funcionalidad creada por Google para ayudar a todo tipo de empresas a gestionar su presencia en Internet, relacionando al negocio con su entorno. Un método muy práctico para que un fontanero o un profesional puedan destacar su negocio y quizás convertir las búsquedas que se realizan en la red en clientes.

Edad, un factor relevante a la hora de que un instalador sea más o menos digital.
La edad es un factor relevante a la hora de que un fontanero o un instalador de climatización o gas utilice en mayor o menor medida herramientas digitales.

¿Es importante la edad?

“Los cincuenta son los nuevos cuarenta”, dicen los optimistas incansables, pero quizás el año de nacimiento en el DNI puede ser un dato significativo. En el citado informe confeccionado al alimón por AMASCAL y Telematel se describe una conducta diferente en función de los segmentos de edad; los profesionales con menos de 40 años y diez años de experiencia, o menos, sacan partido del mundo digital y utilizan los canales de venta online; mientras que los instaladores con más de 30 años de experiencia y edad más avanzada utilizan bastante menos estas herramientas.

Incluso un instalador como Borja Galán (el más joven entre los socios de AGREMIA) comentaba al área de Climatización y Confort de C de Comunicación que, aunque usa Internet y redes sociales en su vida personal de modo cotidiano, “mi empresa no tiene web ni redes sociales”.

Se da pues la paradoja, más habitual de lo que se piensa, que si bien el profesional o empresario reserva sus viajes vía online, compra en Amazon u otros marketplace y difunde sus fotos de vacaciones en Facebook, después no hace un uso similar de las herramientas digitales o las redes sociales. Escaso convencimiento, no disponer de tiempo o incluso desconocimiento son las razones esgrimidas más habitualmente.

El papel de las asociaciones

Las asociaciones del sector conocen bien este fenómeno y están trabajando muchas de ellas para solventarlo y ayudar al profesional en este campo. Así, por ejemplo, AGREMIA ha firmado un acuerdo con Habitissimo con el fin de promover la digitalización entre sus socios.

En la misma línea, CONAIF lanzó a finales de 2020 un proyecto de transformación digital para sus 19.000 empresas instaladoras, así como las asociaciones y gremios adheridos, para que “el colectivo de empresas y asociaciones de instaladores entren de lleno en la senda de la digitalización”. Los resultados se verán a lo largo de este año.

Agilidad, eficiencia en los procesos, mayor visibilidad y más competitividad son algunos de los beneficios de avanzar en el cambio digital. Pero el mensaje no termina de calar.

Espero sus opiniones sobre el tema. Cuídense mucho y sean prudentes.

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