El cambio climático se acelera a ojos vista, un fenómeno que estamos viviendo en estos últimos días para disgusto de negacionistas. Una ola de calor, sin precedentes en algunas regiones, está azotando el país de manera inclemente desde hace diez días. Y, según las predicciones de los meteorólogos, el estío de 2022 será recordado por diversos récords de altas temperaturas. Unos hitos que simplemente siguen la tendencia que la comunidad científica viene avisando desde hace tiempo.
En este contexto, con los termómetros temblando de calor, parece que la venta de aparatos de aire acondicionado está aumentando, como ocurre cada verano, pero no con la alegría o el ritmo que sería de esperar en esta canícula tan tórrida. Así se puso de manifiesto en la mesa redonda de la distribución profesional en el sector HVAC, celebrada en Barcelona el pasado 12 de julio, organizada por el Área de Climatización y Confort de C de Comunicación.
El desorbitado precio de la electricidad acaso sea una de las razones que esté detrás de esta evolución. O la consideración de que la climatización en la vivienda sea un artículo de lujo más que un elemento esencial del confort en el hogar. O quizás el entorno de creciente inflación que está mermando la renta disponible de los ciudadanos.
¿El aire acondicionado es caro?
Así, con el mercurio en ascenso, se supone que las ventas de splits deberían registrar tasas más altas; pero, al menos a nivel general, esto no está siendo así. La percepción de los consumidores es que, al estar la electricidad más cara, el gasto energético aumentará con el uso de la climatización. En este sentido, Marc Díaz, director general de Panasonic Heating & Cooling en España y Portugal, ironizaba en la citada mesa de debate que, cuando se informa sobre la subida de la factura de la luz en cualquier noticiero de TV, aparece casi siempre una imagen de un aparato acondicionado en una casa. ¿Por qué esto es así?
Sin embargo, un reciente estudio del IDAE, citado por AFEC (Asociación de Fabricantes de Equipos de Climatización), señala que el uso de aparatos de aire acondicionado supone solo el 1 % del gasto energético del hogar; estos equipos tienen un nivel de consumo medio mucho menor que otros electrodomésticos, como frigoríficos, secadoras, lavavajillas e incluso las vitrocerámicas. Es más, ocupan una de las últimas posiciones dentro de la estructura de consumo de los hogares españoles.
¿Por qué entonces permanece en el imaginario colectivo que la climatización es algo caro? ¿Por qué razón se puede considerar un lujo un equipamiento que es cada vez más eficiente, mejora la calidad del aire y depara confort?
La climatización no debería ser un lujo
En este escenario, la cadena de valor del sector de climatización debe combatir esta imagen parcial o incompleta sobre los equipos del aire acondicionado; sobre todo en un país como el nuestro, donde el verano se alarga cada vez más, y con manifestaciones cada vez más extremas.
Queremos habitar, trabajar y vivir en espacios que ofrezcan confort; y en este sentido, los equipos de aire acondicionado contribuyen además a la salud de las personas, especialmente de las más vulnerables, y ayudan a la productividad y el rendimiento en oficinas y centros educativos. Por citar un ejemplo, no es de recibo las quejas reiteradas de colegios en zonas como Andalucía, Cataluña y otras comunidades por aulas con más de 35º C y sin climatización; aquí las autoridades prefieren sugerir actividades ¡¡en el exterior!!, en lugar de instalar aire acondicionado. Eso sí que es mirar para otro lado.
Hay que revertir esta percepción. El fabricante, activando campañas de información y concienciación; la distribución, acompañando en su tarea a los instaladores; y este último colectivo, adoptando un papel más comercial, más de prescripción con sus clientes y menos reactivo. Hay que destacar también en estas acciones las ventajas de los equipos de aire acondicionado en la mejora de la calidad del aire interior.
De cualquier modo, y teniendo claro que, en mi opinión, el aire acondicionado no debería ser considerado un bien de lujo, hay que tener en cuenta a un porcentaje apreciable de la población que vive en pobreza energética; es decir, no puede encender la calefacción en invierno todo lo que desearía ni adquirir splits o utilizar el aire acondicionado en verano.
Pero eso creo que es tema para otro debate y con otras implicaciones.
No dejen de comentar y ofrecer su opinión. Que disfruten del verano todo lo que puedan y les dejen.