En los últimos años estos dispositivos han adquirido entidad propia para unos consumidores que empiezan a verlos como más que simples acompañantes de la calefacción. Muchos fabricantes tienen claro que el futuro de los termostatos está en un escenario inteligente y cada vez más conectado, que ofrezca mayor confort y ahorro energético.
Los termostatos han evolucionado mucho. No solo en cuanto a sus características y diseño, sino y, sobre todo, gracias a tecnologías que los han convertido en productos indispensables para un hogar conectado, que el usuario cada vez valora más.
“En los últimos años hemos visto un cambio importante en la regulación térmica, los termostatos actuales son capaces de ahorrar en consumo energético hasta un 30 % más que los termostatos de ruleta convencionales”, asegura Javier Ayuso, jefe de ventas nacional en Delta Dore.
“Muchos de ellos – continúa explicando -, al ser digitales, son capaces de adaptarse a la forma de vida en una vivienda, con tecnologías proporcionales que aprenden para quedarse en una temperatura ambiente deseada. Cada vez son más comunes termostatos conectados para que el usuario sepa en cada momento cómo se encuentra su vivienda y poder interactuar con ella”.
En esta misma línea se manifiesta Alessia Cartabia, directora de marketing y comunicación de Resideo para el Sur de Europa: “El termostato es un producto necesario en cada sistema de calefacción, y con los dispositivos domésticos inteligentes se vuelve cada vez más importante asegurar un mayor confort y una reducción de las facturas de energía en nuestras casas”.
“El futuro del mercado de los termostatos inteligentes parece prometedor con oportunidades en las industrias residencial, de oficinas, educativas, industrial, minorista, hotelera y sanitaria. Según algunos centros de investigación, se espera que de 2019 a 2024 el mercado global de termostatos inteligentes crezca con un TCAC (Tasa de Crecimiento Anual Compuesto) del 31 %”, puntualiza Cartabia.
Más que un complemento
En Ariston, Christian Lorenzo, especialista de producto de calefacción y termorregulación comenta que “gracias a la tecnología, al igual que el resto de productos, el termostato ha evolucionado de tal forma que ya no es simplemente el aparato que indica la temperatura del hogar, sino que va mucho más allá logrando ofrecer operatividad”.
Ahora, agrega Lorenzo, “el consumidor no ve el termóstato como un mero acompañamiento de calefacción, sino que lo concibe como un producto en sí. Es decir, el termostato ha adquirido por fin la categoría de producto en sí mismo. Y el cliente, consciente de la necesidad de controlar su consumo, busca la máxima calidad en él”.
Tendencias de mercado
Desde Siemens Smart Infrastructure España, Pablo de Caria, director de Building Products, nos cuenta que “el mercado de termostatos se mantiene estable. No obstante, ha sufrido grandes variaciones respecto a tendencia, tipología de termostatos utilizados y modelos de negocio a través del cual se ofrecen”.
Según los últimos datos, presentados por FEGECA, relativos al año 2019, los termostatos On/Off y los termostatos modulantes específicos para calefacción experimentaron un incremento de casi el 12 % en sus ventas con respecto a 2018.
“Es un mercado cambiante -continúa De Caria-, pero que mantiene las cifras en unidades. Al final cada vivienda necesita un termostato, y en España tenemos un gran mercado residencial construido, que renueva el termostato tanto por modernización, como por averías”.
Para la directora de marketing y comunicación de Resideo, “los principales impulsores de este mercado son una regulación gubernamental más rigurosa hacia el ahorro de energía, el aumento de la demanda de dispositivos energéticamente eficientes y una mayor adopción de la tecnología inteligente en el hogar”.
Puedes leer ver el resto del reportaje en el número 2 de ‘Cuadernos de Climatización y Confort’. También se puede leer en el ordenador, o descargar en el smartphone o tablet, pulsando en este enlace.