La OCU ha publicado un documento en el que recoge algunos de los aspectos a tener en cuenta a la hora de elegir una caldera doméstica, entre los que destacan la tecnología, el coste, la eficiencia o el precio.
Según algunas estimaciones, el 65 % de los equipos instalados en España son ineficientes puesto que son calderas con una clase energética C o inferior. De hecho, desde la OCU recomiendan cambiar las calderas que cuenten con más de 15 años porque “es muy probable que no sea eficiente”.
En España, desde el año 2015 solo se fabrican calderas de condensación, tal y como establece el RITE (que solo permite instalar este tipo de calderas).
La OCU ha publicado un documento en el que se recogen algunos de los aspectos a tener en cuenta a la hora de elegir una caldera son la tecnología que determina la instalación, el coste, la eficiencia o el precio.
¿En qué fijarse para elegir una caldera?
Una vez el usuario final tiene claro el tipo de caldera que quiere, debe pensar dónde instalarla. Como indican desde la OCU, hay dos modalidades, que dependen el espacio y de la potencia del equipo:
- Calderas de pie o suelo: por lo general, tienen más potencia y están indicadas para viviendas unifamiliares o grandes superficies a calentar.
- Calderas murales: se colocan a media altura, soportadas en la pared. Son las más extendidas, ya que necesitan mucho menos espacio y suelen ser suficientes para calentar apartamentos.
Por su parte, las calderas de condensación pueden tener algún tipo de funcionalidad adicional en la que los usuarios finales se pueden fijar para hacer la compra.
- Calderas con acumulación: con este tipo de equipos, la disponibilidad de agua caliente es inmediata. Lo negativo es que “suelen tener menor rendimiento que las calderas de condensación convencionales sin acumulación”, apuntan desde la OCU.
- Calderas modulables: permiten regular la potencia de la caldera en función de la temperatura ambiente o la temperatura exterior. Así, el consumo de gas se ajusta mucho a la necesidad y se consume el mínimo posible.
- Termostatos exteriores: El termostato exterior mejora la eficiencia energética de la vivienda, ya que el usuario podrá mantener siempre la misma temperatura.
- Pantallas digitales: ayuda a consultar y controlar el estado de la caldera fácilmente, y, en muchos casos, de forma remota, vía WiFi o mediante una app que permite monitorizar y realizar cambios en la configuración de tu equipo.
La potencia de la caldera
Según explican desde la OCU, las calderas mixtas deben ofrecer una potencia suficiente para soportar el ACS y la calefacción en el hogar. Eso sí, la potencia correcta “depende del tamaño de la vivienda, del número de personas que habitan en ella y de los hábitos diarios”.
En general, los expertos recomiendan una media de potencia de 150 W por cada metro cuadrado de superficie a calentar. Así, para una vivienda de 120 metros cuadrados se deberá seleccionar un modelo de mínimo 18 kW para estar seguro que la calefacción llega a todos los puntos de la casa, sin contar necesidades de ACS.
Precios muy variables
Por último, desde la OCU destacan que estos precios son muy variables. De hecho, el coste de una caldera doméstica de condensación oscila entre los 800 y los 2.500 euros, pero “puede variar bastante dependiendo del establecimiento donde la compres”.
Y añaden: “si compras a un distribuidor o tienda física, el precio suele ser algo más elevado que en una página web especializada. La ventaja de hacerlo en un establecimiento físico es que la mayoría de las veces el precio va a incluir una instalación autorizada y un asesoramiento que a través de internet no tendrás”.
