Este medio se ha puesto en contacto con mujeres que trabajan en la cadena de valor del sector de la climatización para dar visibilidad al presente del sector, que serán las referentes de las instaladoras, distribuidoras y fabricantes del mañana.
En marzo de 1857 las trabajadoras de una fábrica textil de Nueva York salieron a la calle a protestar masivamente por las duras condiciones de trabajo. Aquella huelga, en el marco de la Revolución Industrial en la ciudad que nunca duerme, marcó un antes y un después en la historia. Ciento dieciocho años después de las reivindicaciones de aquellas trabajadoras, la Organización de las Naciones Unidas declaró el 8 de marzo el Día Internacional de la Mujer.
Por ello, cada año, el 8M es un día para reivindicar el papel de la mujer en los entornos laborales y en los espacios públicos, en todos los sentidos. Así, este medio se ha puesto en contacto con mujeres que trabajan en la cadena de valor del sector de la climatización para dar visibilidad al presente del sector, que serán las referentes de las instaladoras, distribuidoras y fabricantes del mañana. Y es que la mitad de la población, esa energía femenina, es el soplo de aire fresco que necesita el sector HVAC para prosperar y avanzar en la dirección correcta.
Los primeros pasos
Leticia Palacios, People & Talent Senior Director (Europe & Latam) de Eurofred, recuerda cómo hace unos años “la igualdad no existía como la entendemos hoy”. El sector HVAC se entendía por la “alta representación masculina, tanto en roles técnicos como de liderazgo”, mientras “las mujeres enfrentaban barreras y desafíos significativos para ingresar y avanzar en la industria, lo que resultaba en una representación desproporcionadamente baja en comparación con los hombres”.
Precisamente, fueron esos responsables quienes, lejos de rechazarla , apostaron por la capacidad de Mila Portela (actual Gerente de Unittas) para liderar el proyecto, a pesar de su escasa experiencia e independientemente de su género. Aquellos inicios “fueron difíciles porque aterricé en un sector en el que no tenía experiencia” rememora, pero “se sentían más cómodos trabajando con mujeres porque nos consideraban más honestas y responsables”. En su caso, resalta “el comportamiento impecable y absolutamente respetuoso de los socios, quienes siempre me han hecho sentir muy valorada profesionalmente”.
Desde la dirección general de Asofrío, Laura Mora recuerda que, en sus inicios, “la poca presencia femenina estaba ligada casi por sistema a puestos administrativos”. Y Laia Recasens, Product Manager de URSA, añade: “La situación era considerablemente desigual, con una presencia mínima de mujeres en roles técnicos y de liderazgo”.
Y la instaladora Magdalena Verdú, ahora gerente de Segurgas, lo resume en pocas palabras: “hace más de treinta años, cuando empecé, no había igualdad; había sorpresa: ellos estaban sorprendidos y nosotras, asustadas”.
El camino recorrido
El de Portela es, precisamente, uno de esos caminos recorridos casi al completo. “Hasta hace cuatro años, la presencia femenina en nuestra central del compras ha sido del 100 % y en este momento es de más del 80 %”, explica. “En nuestro caso, incluso podríamos hablar de discriminación positiva”, bromea. Pero ni eso, es clara: “Nosotros escogemos a nuestro equipo humano por su perfil profesional, no por su género concreto”.
Mientras, Recasens considera que los avances en estos años “no llegan a los mínimos aceptables, comparándolo con otros sectores”. Eso sí, aunque “no muy considerables, sí continuos”, que demuestran, en sus palabras, “un compromiso creciente con la igualdad de género en el sector“.
Por su parte, Mora cree que “el primer paso que hay que dar para lograr que haya más presencia femenina” ya está dado. Se trata de tomar conciencia de la necesidad de la presencia del talento femenino en todas las áreas. Ese avance en la incorporación de la mujer en las instalaciones, asegura la directora general de Asofrío, “es seguramente el más complejo, ya que los estereotipos sociales condicionan mucho la decisión hacia este campo”.
Para Palacios, ese camino hacia la igualdad ha sido “gradual, pero significativo en los últimos años”. De todas formas, añade, “si bien se ha avanzado en la dirección correcta, todavía tenemos camino por hacer para lograr una verdadera igualdad de género en el sector”.
Verdú cuenta cómo si al principio “me preguntaban cuándo llegaría el instalador y tenía que aclarar que era yo”, con los años, allanó el camino de la desigualdad con “generosidad y humildad”. “Cuando hemos fusionado la generosidad y la humildad, hemos ido accediendo al campo masculino, con preguntas nos hemos convertido en mejores profesionales”, explica. Lo dice la mujer que se enamoró de la profesión en el campo de batalla: instalando.
¿Qué nota le pones a la igualdad en el sector?


