Inicio / Opinión / Antoni Ruiz / Liderazgos tóxicos: la amenaza silenciosa en el corazón del sector de la climatización

Liderazgos tóxicos: la amenaza silenciosa en el corazón del sector de la climatización

Por Antoni Ruiz

En el sector de la climatización —como en tantos otros dentro del universo energético— no escasean los relatos sobre cómo un mal liderazgo puede desdibujar por completo los valores de una organización. Más allá de tecnologías, normativas o avances en eficiencia, existe un factor que sigue marcando el destino de nuestras empresas: las personas.

Es alarmante ver cómo, en nombre del ‘rendimiento’ o ‘la competitividad’, se perpetúan estilos de dirección donde lo humano queda relegado a un segundo plano. En este escenario, las personas verdaderamente valiosas, aquellas con experiencia, compromiso y una ética profesional sólida, son a menudo apartadas para dar paso a perfiles que, si bien hábiles en el arte de escalar posiciones, carecen del respeto por la cultura organizativa y la salud del equipo.

Estos particulares escaladores, cuyo mérito principal es haber sabido alinearse con los intereses personales de un gerente o presidente, no construyen: imponen. No inspiran: ejecutan órdenes. No defienden los valores colectivos: protegen su parcela de poder. Y lo hacen a costa de otros, generando ambientes donde reina la desconfianza, la tensión y, en última instancia, la desmotivación.

Cuando lo tóxico se premia y lo virtuoso se margina, el caldo de cultivo está servido. A medio plazo, este tipo de liderazgo no solo erosiona el talento interno, sino que mina la reputación de la empresa, deteriora la calidad del servicio y convierte la innovación en una quimera.

Hay espacio para la esperanza

Sin embargo, aún hay espacio para la esperanza. Cada vez son más los profesionales del sector que identifican estos patrones y alzan la voz para defender una gestión basada en el respeto, la colaboración y la coherencia.

Porque si queremos atraer —y retener— a las nuevas generaciones, debemos ofrecer algo más que un salario: un entorno justo, saludable y con propósito.

La climatización no es un sector menor. Tiene un papel clave en la eficiencia energética, el confort y el bienestar humano. Y, precisamente por eso, no puede permitirse liderazgos que destruyan desde dentro lo que tantos profesionales construyen con esfuerzo día a día.

Invertir en una cultura organizacional sana no es un lujo, es una necesidad. El futuro del sector pasa, irremediablemente, por valorar no solo lo que las personas hacen, sino cómo lo hacen y para qué.

Notificar nuevos comentarios
Notificar
guest
0 Comentarios
Comentarios en línea
Ver todos los comentarios
Scroll al inicio