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Algunas lecciones sobre el ‘confort’, que nos dejará el confinamiento

Por Tania Alvarez
Cómo serán los hogares del mañana es el debate que ha llevado a algunos expertos a protagonizar el webinar #HogaresDelFuturo, del que poder extraer importantes conclusiones sobre cómo el estar tanto tiempo en nuestras casas, como consecuencia del estado de alarma, podría modificar la percepción del hogar, del confort y de la propia sostenibilidad.

#HogaresDelFuturo es el nombre del webinar que la plataforma de contenidos social Soziable.es celebraba la semana pasada. Al encuentro online, en el que se debatió cómo el confinamiento, provocado por el COVID-19, podría estar cambiando la manera de relacionarnos con el hogar y su confort, asistieron empresas del sector como LG Iberia, Saint-Gobain Isover o la empresa de arquitectura especializada en cohousing y coliving sAtt.

El seminario, de una hora de duración, arrojó conclusiones de gran interés para todos aquellos actores del sector de la climatización, la refrigeración, la ventilación, la eficiencia energética, la rehabilitación y la construcción; entre otros.

El coronavirus nos ha hecho ver que “somos vulnerables”, y en este contexto, en el que nuestra casa es más que un espacio en el que estar temporal e intermitentemente, ya que ahora desarrollamos en ella más rutinas como las relativas al trabajo, las relaciones sociales o el ejercicio físico, “el hogar y el confort están jugando un papel esencial”, avanzaban los participantes para luego lanzar las principales conclusiones a las que están llegando sus empresas en un momento tan crucial como el que estamos viviendo.

Lecciones sobre el ‘confort’ del futuro

La casa: nuestra tercera piel

“En tiempos de confinamiento y crisis sanitaria, la casa es la que nos da protección”, comenzaba explicando Iñaki Alonso, fundador y director del estudio sAtt. “Y, bajo este modelo, empezamos a pensar cómo desarrollar las viviendas para que sean más resilientes en momentos de crisis, no solo sanitarias (como la actual), sino otras, por ejemplo, de índole energética, climática, económica o social. En todas ellas, la vivienda se puede convertir en un espacio de resiliencia para nosotros”, añadía. 

Alonso hacía alusión a “la casa, como nuestra tercera piel” también en una crisis medioambiental y sistémica (es decir, una crisis entre las personas y las relaciones que se tejían entre ellas): “Con esa visión y la necesidad de construir una piel resiliente en un ecosistema con recursos limitados, buscaremos cada vez más edificios que sean eficientes energéticamente, es decir, que su gasto de energía sea el mínimo posible y que la energía que utilice el edificio sea renovable”, clarifica con respecto al primer adjetivo.

Con respecto al segundo, “sistémica”, éste tiene claro que todo apunta a “la generación de una arquitectura que posibilite la interacción entre comunidades y una cultura de solidaridad y de entendimiento (como la que está surgiendo con la crisis del COVID-19), fomentando aún más fenómenos que fusionan los privado con lo público, como el cohousing, el coliving o el coworking“. Algo que también se verá reflejado en la propia arquitectura de los hogares.

Sostenibilidad

Por su parte, Esther Soriano, directora de Marketing de Saint-Gobain Isover y Saint-Gobain Placo, compartió la lectura que desde su empresa están haciendo sobre cómo está afectando esta crisis a la actividad que desarrollan. En ella, Soriano destacó dos grandes bloques: uno vinculado con los materiales que se emplean en la construcción y el confort de los hogares; y otro, que es el de la sostenibilidad de los mismos.

  1. Materiales
  • El hogar pasa a ser un lugar que nos ofrece confort y seguridad. “En este sentido, todos al estar más tiempo en casa sentimos cuál es la necesidad y la importancia de tener un hogar en el que estés a gusto en cuanto a confort térmico (no poner la calefacción todo el rato, sino que el hogar esté bien aislado, que tenga una calefacción más constante) y confort acústico, que se intensifica aún más porque ahora el ruido de fuera se ha reducido, por lo que solo oímos el de nuestros vecinos, tanto cuando queremos como cuando no”, explica.
  • Cada vez será mayor la necesidad de construir edificios y hogares que sean seguros. Esto implica que los materiales que empleemos que sean saludables, también su diseño; que tenga una ventilación adecuada, o que nos pueda proteger, por ejemplo, de incidencias como incendios.
  • El área técnica también cobra importancia: no solo es necesario tener un edificio que esté aislado por razones de confort, sino también por todas aquellas familias que quizás no se puedan permitir poner la calefacción. Hablamos entonces, como consecuencia, de la denominada pobreza energética.

webinar interior

Captura de uno de los momentos del seminario #HogaresDelFuturo

2. Sostenibilidad:

  • Se promoverán materiales y soluciones constructivas específicas: “Si nosotros ya intentamos innovar para que los materiales consuman menores recursos y sean reciclables, y que, en la fase de instalación, tengan el menor consumo, así como minimizar todos los impactos; ahora mismo, creemos que este cambio hará que ésto sea aún más importante, fruto de una necesidad sostenible y también económica“, argumentaba Soriano, poniendo sobre la mesa la filosofía de su empresa.
  • Las nuevas fórmulas colaborativas, que se verán más enraizadas, por la crisis provocada por el COVID-19, además de conllevar la necesidad de fórmulas de colaboración entre usuarios de edificios, también lo harán entre los propios actores de la cadena de la construcción. Por ejemplo, tal y como detallan desde Saint-Gobain, “cuando diseñamos estas soluciones, es importante que participemos de procesos de coinnovación o colaboración entre todos: con los instaladores, los prescriptores, todos en cadena… para afrontar de una forma más rápida los cambios que el modelo económico va a sufrir”. Al final, los edificios “no son un problema, sino que pueden ser una solución a la emergencia climática“.

La tecnología, aún más protagonista

“La gente puede mirar atrás y pensar que hace diez años el día de hoy, en pleno confinamiento, sería distinto: la tecnología nos está ayudando muchísimo e influyendo de una forma muy positiva”, aportaba Miguel Ángel Fernández, director general de Marketing de LG Iberia.

Para Fernández, hasta ahora solíamos partir de la base de que “la tecnología nos quitaba la privacidad, el tiempo con los nuestros, incluso nos llegaría a quitar el trabajo. Este confinamiento nos está dando otra cara de la tecnología: teletrabajo, sentirnos productivos, cercanos con los nuestros, disfrutamos del ocio con las familias…”. 

Un lado social que desde la compañía a la que pertenece y que fabrica equipos de climatización, le suman dos palabras: la eficiencia energética y la inteligencia artificial. Fernández explica que, al final, cuando hablamos de domótica o el Internet de las Cosas, hay dos niveles: aquel en el que uno puede controlar el dispositivo con la voz y éste hace lo que le indique la misma (que es el que hemos experimentado hasta ahora); y un segundo nivel, en el campo ya de la inteligencia artificial, que se ha empezado a dar en los últimos dos años: “Estos dispositivos no solo cumplen las órdenes que les damos, sino que éstos empiezan a proponerte a ti cosas, según tus gustos, necesidades, estilos de vida…”, señala.

“Todo ello nos ayudará a ser más productivos y eficaces“, matiza, relacionándonos con un hogar provisto de equipos con una tecnología cada vez más sofisticada y en relación directa con nosotros.

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