Desde C de Comunicación hemos hablado con la empresa instaladora Grupo Aplus para analizar cuáles son las principales diferencias entre la instalación de aerotermia en obra nueva o reforma y qué deben tener en cuenta los profesionales.
La aerotermia lleva años demostrando que no es una moda, sino una apuesta segura para quien busca una casa eficiente, cómoda y preparada para el futuro. Un solo sistema que ofrece calefacción en invierno, refrigeración en verano y agua caliente todo el año… Y todo ello gastando mucho menos que con gasoil, gas o radiadores eléctricos.
Pero claro, no es lo mismo instalar aerotermia en una vivienda nueva que hacerlo en una casa en la que en la que se va a realizar una reforma. Desde C de Comunicación hemos hablado con Grupo Aplus, instaladora especializada en este tipo de sistemas, para analizar cuáles son las principales diferencias y qué deben tener en cuenta los profesionales.
Obra nueva: empezar con todo a tu favor
Cuando la casa todavía es un plano, tienes la oportunidad de integrar la aerotermia en el proyecto sin limitaciones. Arquitecto, promotor e instalador pueden coordinarse y hacer que todo encaje a la primera. Pero, ¿qué significa esto en la práctica?
- La eficiencia se diseña desde el minuto uno: El dimensionado se hace a medida: se calculan cargas térmicas, se elige la bomba de calor exacta que necesitas y se define la separación de los tubos de suelo radiante. Nada se improvisa.
- El coste es más bajo: ¿Por qué? Porque se aprovechan los propios trabajos de obra. Por ejemplo, se coloca el suelo radiante al mismo tiempo que los recrecidos. Eso evita tener que picar o rehacer más adelante, y ahí es donde realmente se ahorra.
- Estética y confort: Una obra nueva permite dejarlo todo oculto e integrar una climatización invisible que te da libertad para distribuir la vivienda y decorarlo todo como quieras. Además, se suma la zonificación y los sistemas de control inteligente, que aportan una climatización homogénea y personalizable en cada estancia.
La principal ventaja de la obra nueva es que juegas con todas las cartas a tu favor. El ejemplo más claro es la posibilidad de trabajar con curva climática y sonda exterior, lo que supone que el propio sistema ajusta la temperatura de impulsión en función de la temperatura exterior. ¿El resultado? Menos arranques del equipo, menor consumo y una bomba de calor que tendrá una larga vida útil.
En resumen: si la instalación se integra desde el inicio, ganas en eficiencia, ahorras costes y consigues un confort mucho más homogéneo.
Reforma: retos, pero también oportunidades
A veces tendemos a pensar que la aerotermia solo es para nuevas viviendas. Pero esto es un error. Cada vez instalamos más sistemas en reformas integrales o viviendas antiguas que buscan dar el salto a la eficiencia. Eso sí: el primer paso es analizar la vivienda con lupa.
- Altura disponible: Un suelo radiante tradicional necesita entre 5 y 8 cm. Si no los tienes, existen sistemas de bajo espesor que ocupan lo justo para que no tengas que renunciar a él.
- Aislamiento: Si la vivienda no está bien aislada, el sistema tendrá que trabajar más. Muchas reformas aprovechan para mejorar envolventes, techos o ventanas. Es la combinación perfecta: aislamiento + aerotermia = gran ahorro.
- Peso de la estructura: En edificios antiguos, no conviene cargar de más los forjados con morteros pesados. Lo que buscamos son soluciones ligeras que funcionen igual de bien sin comprometer la seguridad.
- Instalaciones previas: Encontrar tuberías, cables o suelos ya colocados es lo habitual. Por eso, la planificación es clave para reubicar lo que haga falta y dejar espacio al nuevo sistema.
El error más común en rehabilitación es olvidar el papel del aislamiento. Una casa mal aislada puede hacer que la aerotermia pierda hasta un 30 % de eficiencia, obligando al equipo a trabajar más horas y a mayor potencia. Por eso, siempre es recomendable aprovechar la reforma para reforzar la envolvente. Añadir paneles aislantes en suelos, paredes o techos mejora el confort, pero también permite instalar equipos más compactos, abaratar costes y garantizar que el sistema mantenga un rendimiento estable a lo largo de los años.
Aerotermia sí, en reforma o en obra nueva
La realidad es que no hay una opción mejor que otra y todo dependerá del caso particular de cada usuario. La aerotermia funciona perfectamente en ambos escenarios. La diferencia está en el punto de partida:
- En obra nueva todo es más limpio, rápido y previsible.
- En reforma hay más condicionantes, pero también más soluciones para adaptarse a casi cualquier caso.
Lo importante no es tanto el tipo de vivienda, sino cómo se planifica y quién lo instala. Porque una aerotermia mal dimensionada o mal colocada pierde eficiencia, sea en una casa recién construida o en un piso reformado.
Así lo explica Luis Quesada Molina, director técnico comercial de Grupo Aplus. “Lo fundamental no es si hablamos de obra nueva o de reforma, sino cómo se planifica la instalación. Con un buen estudio previo, la aerotermia se adapta a cualquier escenario y asegura confort y ahorro energético desde el primer día.”
Y esa es la clave: planificación, experiencia y un equipo que sepa anticipar problemas antes de que aparezcan.