Aunque aún está en consulta pública, la futura normativa que prevé la modificación del impuesto sobre gases fluorados ha generado debate en el sector. Para algunos, ésta será un auténtico "hachazo para el instalador frigorista", y otros señalan que, además, no hará más que incrementar el tráfico ilegal.
Tras la aprobación del Gobierno del anteproyecto de ley para la reforma del impuesto sobre gases fluorados, las reacciones del sector no se han hecho esperar. Especialmente, de cara a la carga impositiva que de llegar a aprobarse el texto -tal y como está planteado ahora mismo- podría suponer para la cadena de valor y, en concreto, los instaladores de frío.
“Si nos estábamos recuperando de la crisis, ahora tenemos que prepararnos para el nuevo hachazo a las instalaciones frigoríficas de la ley que prepara el Gobierno -advierte Javier Cano, subdirector general de Intarcon–, en la que el impuesto se aplicaría también a equipos e instalaciones nuevas“.
La futura normativa, que ahora se encuentra en pleno proceso de consulta pública, prevé que el mencionado tributo pase a gravar, en lugar de la venta -como hasta ahora-, la fabricación o importación de estos gases.
Y, tal y como comentan otros profesionales del sector, “eliminar la exención de las nuevas instalaciones en el mencionado gravamen (que es lo que figura en el anteproyecto de ley) no sigue, en ningún caso, el principio inicial de esta ley basado en ‘quien contamina paga'”.
Impuesto gases fluorados: otras consecuencias de la futura ley
Asimismo, y así lo detalla Cano, el nuevo texto supondría “la desaparición de la figura del revendedor; es decir, el distribuidor o instalador que solicitaba el Código de Actividad de los Gases Fluorados (CAF) y evitaba tener que anticipar el impuesto a Hacienda antes de recargar el gas”.
“Este privilegio -amplía- solo se mantendría en la nueva ley para los ‘almacenistas de gases fluorados‘ que importan el gas”. Hay que recordar que la mencionada reforma del impuesto contempla crear la figura del almacenista de gases fluorados, quien no tendrá que abonar el impuesto hasta que entregue el gas o lo consuma.
“Si finalmente es así, el instalador frigorista o ‘revendedor’ no solo tendría que soportar la carga del impuesto al comprar el gas, sino también liquidar de golpe el impuesto por el gas que tuviera almacenado a la entrada en vigor de la ley“, subraya Cano.
Por su parte, José Pedro García, Business Develompment and Technical Marketing Support en Chemours Company, especifica que “la figura de almacenista no es solo para los importadores de refrigerantes, sino que también lo es también para los distribuidores/revendedores de repuestos, piezas, gas…”.
“Yo estuve presente -cuenta García- en la reunión con la Agencia Tributaria con los implicados, donde había representantes de todos los afectados, y los distribuidores/envasadores de gas no tuvieron nada que ver en la adopción de esta figura. De hecho, los envasadores de gas (a quienes también les afecta de manera muy negativa) mostraron su rotunda oposición a este cambio por la carga financiera que supone para los miembros de la cadena“.
Asimismo, para muchos protagonistas del sector, la futura ley también supondrá un claro aumento del mercado ilegal de gases fluorados.
Eso sí, debemos tener en cuenta que, el texto legislativo aún tiene que ser aprobado de forma definitiva por el Consejo de Ministros y luego ser remitido al Parlamento.
