Finalmente, se deshojó la margarita. Tras varios años de apuestas, especulaciones, conjeturas e hipótesis sobre posibles pretendientes, compradores o alianzas, hace tan solo unas semanas se confirmaba la noticia: el grupo irlandés dedicado a la distribución de materiales de construcción Grafton Group cerraba la compra de Salvador Escoda. ¿El precio? 132 millones de euros (cuatro de ellos en función de objetivos).
Por el camino se quedaron las negociaciones que no llegaron a buen puerto con otros actores, los encuentros que no fructificaron, y, sobre todo, una larga lista de ‘novios’ que han mostrado su interés por este gigante de la distribución durante los últimos años.
Con este movimiento, Grafton Group irrumpe en el mercado español a través de un golpe de efecto que promete ser el primer paso de una ambiciosa estrategia de expansión. Y es que, Salvador Escoda parece ser solo el ‘buque insignia’ de un proyecto que se asentará en nuestro país durante los próximos años y que supondrá una amenaza competitiva para el resto de los grandes actores de la distribución de climatización.
El grupo irlandés, que facturó 2.776 millones de euros en el año 2023 y está presente en Reino Unido, Irlanda, Países Bajos y Finlandia, ha analizado durante mucho tiempo las posibilidades del mercado español y ha decidido irrumpir justo ahora, en un momento en el que la tendencia a la concentración es cada vez mayor, embarcándose en un proyecto que abre nuevos horizontes de expansión para ambas partes implicadas.
El futuro de Salvador Escoda
Durante sus 50 años de trayectoria, Salvador Escoda ha levantado un modelo de éxito asentado en pilares sólidos como el tratamiento personalizado al cliente, la constante ampliación de su variado portfolio de soluciones, o su apuesta de expansión por toda España con la apertura de casi un centenar de puntos de venta, lo que le ha convertido en un auténtico referente en la distribución de climatización, calefacción y fontanería.
Bajo el lema ‘El Futuro empieza ahora’, desde Salvador Escoda se muestran especialmente ilusionados con la nueva etapa por varias razones. La primera es que permitirá garantizar la continuidad del proyecto en un mercado que tiende a la concentración. Además, abrirá oportunidades para introducir la marca Mundoclima en los países europeos en los que Grafton Group está presente a día de hoy. Y por supuesto, ampliará el catálogo de productos con las marcas del grupo existentes en otros países. Y todo ello sin hablar de los recursos a los que tendrá acceso dentro del grupo.
Aunque muchos se preguntan qué ocurrirá en los próximos meses, desde la empresa lanzan un mensaje de tranquilidad: nada cambiará en el corto plazo. La dirección general se mantendrá como hasta ahora y las operaciones de negocio recaerán sobre ella al 100 %, quedando los directivos de Grafton al margen de la operativa diaria.
El factor competitividad
Lo cierto es que Salvador Escoda ha interpretado a la perfección el momento actual que atraviesa la distribución, tomando una decisión que les hará mucho más fuertes para competir en un mercado que cada vez está menos atomizado.
Sin duda, la noticia tiene efectos negativos (la empresa española pasará a capital extranjero), pero también positivos. El más importante es que obligará al resto de actores a reinventarse y dar lo mejor de sí mismos si quieren seguir conservando sus posiciones de referencia en el mercado. No les quedará otra para competir con un agente más diversificado, con un mayor número de recursos y con sinergias en otros países.
Sus competidores, por tanto, deberán seguir mejorando su aportación de valor añadido, algo que tendrá consecuencias positivas para el mercado porque agitará y removerá la coctelera. Todo parece indicar, por tanto, que se avecinan tiempos dinámicos en la distribución profesional.