Según un informe elaborado por el Observatorio de Alquiler de la Fundación Alquiler Seguro y la Universidad Rey Juan Carlos (URJC) con datos de la Sociedad de Tasación, solo el 16,2 % de las viviendas alquiladas en España cuentan con etiquetas energéticas eficientes (A, B, C o D).
El 83’8 % de las viviendas alquiladas en España deberán mejorar su eficiencia energética para cumplir con la normativa de la UE, según un informe elaborado por el Observatorio de Alquiler de la Fundación Alquiler Seguro y la Universidad Rey Juan Carlos (URJC).
Basado en datos de la Sociedad de Tasación, el texto indica que los hogares con etiquetas energéticas ineficientes deberán destinar entre 10.000 y 20.000 euros para realizar las mejoras pertinentes.
El informe detalla que solo el 16,2 % de las viviendas alquiladas en el país cuentan con una calificación energética eficiente (A, B, C o D) y el 83,8 % de las restantes, tiene una calificación energética considerada ineficiente:
- el 62,3 % está clasificado como E;
- el 21,5 % pertenece a las categorías F y G, las más urgentes de rehabilitar para adaptarse a las normativas de la Unión Europea.
La legislación de la Unión Europea exige una reducción del 16 % en el consumo energético del parque residencial para 2030 y una disminución de entre el 20 % y el 22 % para 2035. Por otro lado, el 55 % de esta reducción deberá provenir de la renovación del 43 % de los edificios menos eficientes.
El coste de adaptarse a la normativa energética
Para poder cumplir con estos estándares, los hogares españoles deberán realizar inversiones significativas. En base al informe mencionado, el coste varía dependiendo del nivel de eficiencia que se quiera alcanzar:
- Etiqueta E. Para una reducción del 35 % en la demanda de calefacción y refrigeración exige una inversión de 9.900 euros.
- Etiqueta D o superior. Conseguir una reducción del consumo de energía primaria de entre el 45 % y el 60 % eleva el coste a 14.000 euros.
- Mejoras avanzadas. Incorporar aislamiento eficiente o sistemas como la aerotermia para superar una reducción del 60 % puede suponer un coste de hasta 22.000 euros.
Ahorro energético y económico
Tal y como subraya el documento, estas inversiones no sólo contribuyen a cumplir con las exigencias europeas. También supondrán una reducción importante de los costes de energía.
En este sentido, un hogar con etiqueta E, que actualmente tiene un gasto promedio de 1.483 euros anuales, podría reducirlo a 971 euros, al mejorar su eficiencia hasta alcanzar una etiqueta C.
Además, las diferencias en el gasto energético entre las viviendas más eficientes y las menos eficientes son considerables. Un hogar con etiqueta G, la más ineficiente, gasta un promedio de 1.658 euros al año, mientras que uno con etiqueta A, la más eficiente, gasta unos 661 euros anuales. Esto representa un ahorro anual que supera los 1.000 euros.