A muchos nos han despedido de alguna empresa en alguna ocasión y hemos tenido que aprender a encajar el golpe y a seguir con nuestra carrera profesional. Nos hemos visto obligados a tirar de los recursos que teníamos olvidados en algún cajón.
Desde mi punto de vista, hay que tomarse el despido como una oportunidad para dar un cambio de rumbo a nuestra vida, para buscar lo que siempre hemos deseado y nunca nos hemos atrevido a hacer. Quiero decir, que no hace falta encasillarse en la misma labor que estábamos desarrollando hasta ahora.
Hay que buscar la felicidad con lo que hacemos… Si lo pensamos bien, puede ser el mejor momento para tomar la decisión de ser nuestros propios jefes y quizás buscar un trabajo que no tenga nada que ver con el anterior.
Aunque he comenzado fuerte, soy consciente que el despido es uno de los peores momentos de la vida profesional, donde el miedo al futuro nos golpea duramente en la cabeza y no podemos pensar con claridad. A algunas personas les acarrea consecuencias importantes como la desmotivación y en ocasiones episodios de depresión…
El despido no es el fin del mundo
Dicho esto, hay que saber ‘pasar el duelo‘ (que es necesario atravesar), comenzar a establecer contactos e ir definiendo lo que queremos hacer en nuestra nueva vida laboral.
Llegados a este punto, me gustaría resaltar que la edad con la que nos despiden es importante. Y es que, no es lo mismo tener 35 años que 55. Al impacto con el que el más joven recibe la noticia, hay que sumarle la incertidumbre en el caso del más mayor.
Aunque a veces se nos pueda venir el mundo encima, la buena noticia es que un despido no es el fin del mundo. Podría ser incluso “el mejor día de nuestra vida” porque nos brinda la posibilidad de pararnos a pensar, a escuchar ofertas de trabajo y tomar las decisiones con mayor tranquilidad, algo que sería imposible desde nuestro puesto de trabajo.
En mi vida profesional observo esta situación cada día y siempre recomiendo tranquilidad para disfrutar de este tiempo en el que vamos a poder hacer cosas que serían impensables cuando trabajábamos en nuestra anterior empresa. Porque en breve estarán inmersos en un nuevo proyecto con toda seguridad.
Hace unos años, era común terminar la vida laboral en la misma empresa en la que comenzamos. Sin embargo, hoy en día se valora mucho más la posibilidad de conocer nuevos proyectos profesionales y no importa que tengamos que hacer alguna pausa profesional por el camino. Además, hoy en día hay vida más allá del trabajo.
Nunca un mar tranquilo hizo experto a un marinero. Y recordad, nadie tiene un desarrollo profesional si no se mueve del sitio.
Para terminar, diré que el despido supone tener nuevas oportunidades y nos ayuda a tomar otros caminos…
¡Que seáis buenos!
