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El instalador que tenía miedo a la aerotermia

Por Javier EspadaDirector del área de Climatización y Confort

Hace tan solo unos días este medio entrevistaba a uno de los instaladores mejor valorados en la plataforma habitissimo. El objetivo era conocer las claves de su éxito y charlar sobre los retos a los que se enfrenta el sector. Sin embargo, la conversación nos dejaba un titular revelador a la vez que extremadamente preocupante con la aerotermia como protagonista.

Esta pequeña empresa de Barcelona, que actualmente cuenta con cinco empleados en su plantilla, estaba viendo reducida su actividad en la campaña de calefacción. ¿El motivo? Que los usuarios finales apuestan cada vez más por equipos de aerotermia y placas solares frente a los sistemas de calefacción tradicionales.

La opinión de este instalador viene a confirmar la tendencia imparable por la aerotermia, pero también pone encima de la mesa un problema transversal para todas las empresas del sector: la pérdida de competitividad derivada de las dificultades para adaptarse a las nuevas exigencias de sus clientes.

La fiebre de la aerotermia

El aumento exponencial de la demanda de aerotermia frente a las calderas murales es un fenómeno que se ha venido incrementando durante las últimas campañas de calefacción. De hecho, según datos de AFEC, la instalación de estos sistemas creció más de un 62 % en 2022 respecto a las cifras del año anterior.

Por tanto, cada vez son más los usuarios que están dispuestos a asumir la inversión inicial de estas soluciones, motivados sobre todo por el ahorro en la factura energética, que algunos fabricantes cifran hasta en un 50 %.

Un ahorro que se multiplica si la aerotermia se combina con energías renovables como la fotovoltaica, traduciéndose en un alto impacto en el bolsillo de los consumidores. Y es que la hibridación es ya una de las grandes tendencias de futuro, tal y como ha quedado demostrado durante la pasada semana en la feria Genera.

Además, la aerotermia se está convirtiendo ya no solo en una opción muy demandada en obra nueva, sino que también comienza a entrar en el mercado de la reforma, donde hasta ahora tenía más dificultades. Y es que, a pesar del elevado parque de renovación de calderas que existe en algunas plazas como Madrid, los usuarios retrasan mucho su decisión y cada vez más se plantean sustituir estos equipos por sistemas de aerotermia.

De hecho, algunos distribuidores de la zona centro de España han confesado recientemente a este medio que han facturado más en concepto de aerotermia que de calderas murales durante esta presente campaña (aunque el número de unidades vendidas de éstas últimas siga siendo mayor).

Según datos de AFEC, la instalación de estos sistemas creció más de un 62 % en 2022 respecto a las cifras del año anterior.

Pérdida de oportunidades de negocio

Este más que significativo incremento de la demanda obliga a las pequeñas empresas a tener que adaptarse a las nuevas peticiones de sus clientes. Su incapacidad para hacerlo supone una pérdida de oportunidades de negocio y revela una inquietante situación que puede poner en peligro las previsiones optimistas del sector de cara a los próximos años.

Aunque podemos identificar varios motivos que explican esta situación, uno de los más alarmantes vuelve a ser la falta de formación. Y es que, pese a los esfuerzos de distribuidores y fabricantes durante los últimos años, aún son muchos los profesionales que no disponen de los conocimientos técnicos suficientes para poder llevar a cabo la instalación de una aerotermia o de una hibridación con fotovoltaica, lo que merma su productividad en un mercado competitivo.

Fabricantes y distribuidores ‘muralistas’

En esta tarea formativa, fabricantes y distribuidores tienen altas cotas de responsabilidad. Ambos eslabones de la cadena de valor deben seguir fomentando sesiones de formación que permitan a los instaladores conocer el funcionamiento de las nuevas soluciones para así poder situarse a la vanguardia del mercado.

Los distribuidores, por su cercanía inmediata a los profesionales, están más obligados que nadie a centrar sus esfuerzos en las labores de formación y prescripción, para lo que deben trabajar conjuntamente con sus partners con el objetivo de impedir que sus clientes dejen escapar oportunidades de negocio si no se suben al carro de las nuevas tendencias.

Uno de los primeros pasos para lograrlo es apostar por una presencia más que notable de estas soluciones en sus almacenes. Renunciar a hacerlo significa restar competitividad a sus propios profesionales, además de demostrar una visión de negocio más que desacertada de cara al futuro.

Sin embargo, todavía hay distribuidores que se resisten a otorgar un mayor protagonismo a estas soluciones dentro de su portfolio porque continúan empecinados en una apuesta muralista, empujados por las estrategias de sus partners de apostar fundamentalmente por el mercado de las calderas murales.

Unos proveedores – todos tenemos sus nombres en la cabeza– que no deberían rasgarse las vestiduras cuando son identificados por los propios profesionales como fabricantes de sistemas de calefacción tradicionales que ofrecen unos niveles de eficiencia energética muy inferiores a los de las nuevas tecnologías.

Soluciones urgentes para problemas estructurales

¿De qué sirve repetir una y otra vez que el sector es la punta de lanza de la Agenda 2030 y subrayar su papel imprescindible en la transición energética si la realidad es que hay profesionales que no cuentan ni con la formación ni con los recursos suficientes para poder ofrecer estas nuevas tecnologías a sus clientes? ¿De qué vale establecer objetivos tan ambiciosos de descarbonización si no se están poniendo a disposición de los instaladores las herramientas necesarias para conseguirlos?

Es de justicia reconocer el esfuerzo tanto de las asociaciones como de muchos fabricantes y distribuidores para dotar a los profesionales de las herramientas y de la formación necesaria para poder atender las nuevas demandas de sus clientes, pero todavía queda mucho trabajo por hacer si nos seguimos encontrando instaladores que consideren estas nuevas soluciones como una amenaza y no como una gran oportunidad.

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Jordi
Jordi
18/03/2023 06:16

…una vez empiezan las reparaciones , disminuye el retorno de inversión considerablemente. Los mismos 150m ,equipo de clima conductos expansión directa de de 12 a 14Kw + Acumulador de bomba de calor ( yo le llamo Aerotermo) ,inversión 8 mil €. / Diferencia de consumo no más del 10% ya que el equipo de clima nos proporcionan un SEER/SCOP de entre un 5 a un 6’5 también. Reparaciones mucho más limitadas / incluso la sustitución del equipo sería mucho menos costosa./ Por no contar que tienes el sistema separado y si hay avería de clima no te quedas sin ACS. Y cumplimos con energía renovable al poner el ACS en bomba de calor. En fin cuidado que se les está haciendo gastar ingestas de dinero a las personas que no les avisan de ese retorno de inversión, y cada vez hace más calor.

Jordi
Jordi
18/03/2023 06:02

Hola buenos días. Este tipo de artículo ,a veces nos obliga a poner nuestro granito de arena. Los instaladores no es que tengan miedo a la Aerotermia. El error es que se vende un ahorro económico que no es el real. La Aerotermia para suelo radiante es de lo más eficiente que hay ,pero cuando le añades el sistema para frío, deja de serlo más que la eficiencia que tiene un equipo de clima convencional. Pan para hoy y hambre para mañana. Ejemplo casa de 150m . Suelo radiante + ACS + equipo instalado ,inversión Aprox: 15mil €/ equipo de 8 a 9 KW. En cuanto le pones el frío ,hay que poner el equipo de 12KW inversión Aprox 19mil € / los dos sistemas a partir de los 7 a 10 años empiezan las reparaciones de los innumerables componentes que tiene este sistemas. ..continua

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