¿Alguno de vosotros habéis leído “¿Quién se ha llevado mi queso”? A través de esta pequeña fábula, su autor, Spencer Johnson, cuenta una moraleja que hoy traigo a este post: ¡cuán importante es afrontar cualquier cambio personal y también en el trabajo!
El relato cuenta la historia de los ratones Fisgón y Escurridizo y los liliputienses, Kif y Kof. Todos ellos viven en un laberinto por el que cada día corretean en busca de queso. Su único medio de supervivencia y también de ser felices.
Un buen día, encuentran una habitación repleta de queso a la que las dos parejas de roedores acuden cada día para comer. Sin embargo, pronto, el alimento empieza a escasear y la actitud de los protagonistas será muy diferente.
Mientras Fisgón y Escurridizo se muestran decididos a salir para encontrar más queso en otro rincón del laberinto, Kif y Kof prefieren quedarse en ese mismo lugar con la esperanza de que un buen día aparezca queso de nuevo allí. Algo que nunca sucederá y que acabará frustrando a los liliputienses.
Una moraleja aplicable al presente
Aunque los cambios siempre han formado parte de cualquier negocio, los últimos meses se han acelerado ¡y mucho!
Tanto es así, y por citar algún ejemplo, que ahora es difícil concebir un restaurante sin servicio a domicilio, una tienda de barrio sin página web o un taller de coches sin comentarios en Google My Business. ¡Tampoco una empresa instaladora sin presencia en la web o alguna reseña!
Durante este tiempo la visibilidad en el mercado y el marketing de boca a boca han aterrizado, de forma decidida y sin marcha atrás, en el ámbito digital.
Quienes no acepten el cambio, y prefieran esperar a que todo vuelva a ser como antes -al estilo de Kif y Kof-, aunque ahora todavía sigan teniendo negocio, lo tendrán muy difícil en los próximos años.
Eso sí, siempre podrán quedarse esperando a que el pasado regrese en lugar de afrontar esos cambios que, aunque ahora parezca imposible gestionarlos, son el camino más valioso para crecer.
Marketing de recomendación: 4 sugerencias
El marketing de recomendación es muy importante para el sector y, en concreto, para las empresas instaladoras. Cuando se nos estropea la caldera o el aire acondicionado ¿qué es lo primero que hacemos? Hoy por hoy: ir a Internet y buscar algo así como “instalador calderas Madrid”. La última palabra dependerá de la zona en la que vivamos.
¿Lo siguiente? Ver las fichas que salen de esas empresas locales en Google My Business y la puntuación que le dan otros usuarios a través de sus comentarios. De ahí la necesidad de cuidar estas valiosas herramientas de marketing y, por tanto, de negocio con las que cuenta todo instalador. De lo contrario, acabarán jugando en su contra.
Esta es la primera recomendación que podéis poner en práctica para salir, cada día, a buscar más negocio en medio de este laberinto llamado Google, y en el que cada vez hay más competencia: estar en Google My Business y tener vuestra ficha de negocio actualizada y optimizada.
Por optimizada, me refiero a que aparezcan todos los datos necesarios para que cualquier cliente pueda contactar con la empresa, así como fotos que ofrezcan sensación de profesionalidad. Parece algo obvio, pero no siempre se hace, ni siempre se le da la importancia que merece.
Las otras 3 recomendaciones
Cada visita, una oportunidad de recomendación
Es esencial que animéis a vuestros clientes a que os recomienden a través del escenario online. Una buena ficha de Google My Business deja de ser tal si no tiene reseñas. Sumar poco a poco el máximo número de comentarios positivos sobre nuestro trabajo será la mejor carta de presentación de cualquier instalador y, además, contrarrestará cualquier comentario negativo que podemos llegar a tener en el futuro.
Trabaja tus redes sociales, pero ¡no todas!
soy consciente de lo que estaréis pensando muchos de vosotros (¿para qué quiero yo las redes sociales si yo me dedico a instalar?). Estas potencian la marca de la empresa instaladora y también fomentan que los usuarios hablen de ti. De nuevo volvemos al marketing de recomendación que hará crecer de forma segura tu negocio.
Eso sí, y dado que no siempre se puede estar a todo, tenemos dos opciones: trabajar las que seleccionemos como redes sociales potenciales porque son las que usan nuestros clientes (de poco sirve que nuestra empresa tenga perfil en todas las redes sociales si, por ejemplo, lleva sin una publicación propia desde hace meses en muchas de ellas). La segunda alternativa sería contratar a una persona que se encargue al 100 % de la estrategia online de la empresa.
¡Utiliza un Lead Magnet!
este término se utiliza para hacer referencia a un contenido gratuito que se ofrece a cambio de un email u otros datos en el canal online. Generalmente se trata de un contenido de valor que se podrá descargar el usuario, tras introducir esos datos de contacto.
Si un instalador tiene su propia web de contacto, quizás ofrecer una guía de buenas prácticas de uso de un determinado equipo de climatización o calefacción podría ser una forma eficaz de tener más datos sobre aquellos usuarios que aterrizan en su web, pero no acaban solicitando sus servicios.
¿Podríamos entonces llamarles para preguntarles qué les ha llevado hasta nuestra empresa y conocer qué pasó para no decidir contratar nuestros servicios? El mensaje es claro: nos estamos preocupando por esos clientes potenciales y queremos conocer su opinión.
Los que no hagáis nada de esto, os animo a que vayáis implementando alguna de estas recomendaciones. De lo contrario, y más pronto que tarde, acabaréis haciéndoos la misma pregunta que Kif y Kof en la fábula de Johnson: ‘¿Quién se ha llevado mi aire acondicionado?’.
¿Sois más de Kif y Kof o de Fisgón y Escurridizo? ¡Os leo: feliz verano!
