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Castillo de la Alhambra en Granada, Andalucía.
Castillo de la Alhambra en Granada, Andalucía.

La Alhambra: un refugio contra el calor y un sistema de climatización natural desde el siglo XIII

Por Isidora Sepúlveda
El monumento nazarí ubicado en Granada, es todo un ejemplo de construcción bioclimática, con más de 700 años, donde cada rincón está pensado para combatir las altas temperaturas.

Como ya hemos podido ver desde este medio, son varios los sistemas antiguos de climatización, así como ventilación, calefacción y aire acondicionado, que sin necesidad de electricidad se emplean en estructuras muy antiguas.

En este caso, hablamos de la Alhambra, el monumento nazarí ubicado en Granada, que resulta ser un ejemplo de sistema térmico de ventilación y climatización natural, que ha llevado a varios expertos, universidades y grupos de investigación al estudio de su estructura y sistemas térmicos. Se trata de todo un ejemplo de construcción bioclimática, donde cada rincón está pensado para combatir las altas temperaturas.

Eficiencia energética: clave desde el minuto 1 de su construcción

Muros anchos, techos altos, ventanas pequeñas, buena iluminación, patios con jardines y agua fluyendo son la combinación para que este monumento mantenga una temperatura interna fresca. Asimismo, su orientación también es clave, ya que se encuentra ubicada al norte y sobra la montaña.

El Peinador de la Reina, en la Alhambra.

Y es que, una de las estructuras que ayudan a liberar el calor y emplearlo como una forma de “aire acondicionado natural, se trata del techo linterna que tiene el monumento, con ventanas superiores que desalojan el aire caliente, según explica Antonio Peral, actual arquitecto de la Alhambra, a los informativos de Telecinco.

Asimismo, el Proyecto Sonbio, una de las investigaciones de la Universdidad de Granada, ha desvelado varias conclusiones sobre el patrimonio sonoro y energético de la Alhambra, y es que el complejo nazarí consta de su propio microclima.

“Se han constatado oscilaciones térmicas de más de diez grados en un mismo día y hora en diferentes zonas”, explica Diego Pablo Ruiz, investigador del Departamento de Física Aplicada de la UGR y coordinador del proyecto.

Oratorio el Partal, en la Alhambra.

Con esta dinámica, los espacios internos llegan a 25 grados, mientras que los patios están a 30 y el exterior roza casi los 40 grados. Así, la Alhambra consigue mantener una eficiencia energética propia de una ciudad inteligente, pero de la época nazarí.

Muros eficientes con más de 700 años

Paredes y techos con capacidad aislante a base de una argamasa hecha de cal, agua, arena y piedras pequeñas, así como tierra y mortero de cal. ¿El resultado? Unos muros gruesos y aislantes que cumplían con requisitos que a día de hoy las más modernas construcciones no pueden cumplir en parámetros de eficiencia energética.

Del reino nazarí y considerado patrimonio de la humanidad por la Unesco, la Alhambra se corona como una de las grandes bellezas monumentales del mundo. Empezaron a levantarla en el año 1238, por los monarcas Ziries con el fundador de la dinastía Muhammed Al-Ahmar, le siguieron 260 años de construcción para completar el monumento.

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